Validando ideas sin tener productos

Hasta hace no demasiados años, cualquier proyecto emprendedor que se preciase partía de un plan de negocios.

Yo he hecho ya unos cuantos y creo que aún siguen aportando mucha utilidad. Sobre todo, nos sirven para encaminar la dirección de nuestro proyecto y tener en mente varios posibles escenarios para que no nos pillen por sorpresa.

Pero lo que suele ocurrir es que los planes de negocio fallan más que una escopeta de feria y sus previsiones casi nunca se cumplen. Esto es totalmente normal, ya que no somos pitonisos ni tenemos la formula del negocio ideal. La cuestión es que esto de que los planes no se cumplan no es tan bonito cuando has invertido cierta cantidad de dinero, y ya ni hablamos si lo que has montado tiene que ver con un negocio físico.

Afortunadamente tenemos a internet de nuestra parte y ahora es posible “adivinar” (seguramente con más precisión que lo que dice el horóscopo) si nuestro proyecto tiene posibilidades en el mercado.

Aún con todo, veo que o bien muchos emprendedores no conocen este tipo de técnicas o, lo que es peor, no quieren “rascarse el bolsillo” para analizar su proyecto.

Si eres del primer grupo, no te preocupes, hoy tus dudas quedarán resueltas. En cambio, si eres del grupo que piensa que invertir en comprobar cómo está el mercado es una pérdida de tiempo y dinero, te voy a demostrar que más bien es lo contrario.

Y es que este tipo de validaciones son igualmente válidas tanto para productos como para servicios, y en ambos casos pueden ahorrarte muchos disgustos.

Todavía hoy lo más común para cualquier persona que quiere emprender digamos, vendiendo algún tipo de producto online, es comenzar a comprar stock “a lo loco”, montarse una tienda online y esperar a ver qué pasa.

Y sí, lo de “esperar a ver qué pasa” sigue ocurriendo y todavía hay gente que piensa que el tráfico llega por arte de magia. En cualquier caso, no es un tema que voy a tratar en este episodio.

La cuestión es que, más allá de analizar la demanda del producto, la competencia y este tipo de cuestiones previas que nos pueden dar una imagen mental de cómo está el mercado, ¿por qué no hacer un lanzamiento en falso y evitar arriesgar comprando stock?

Todo es cuestión de una buena apariencia

Lo que hoy te planteo es “dar el pego” sin engañar a nadie simplemente simulando que ya tenemos un producto listo para vender.

Para empezar, necesitas una web, y aquí hay muchas opciones. Por un lado, hay webs especiales donde poder crear landing pages simples y funcionales. Como en todo en esta vida, hay sitios gratuitos y de pago. Yo en su día utilicé Launchrock, por si quieres echarle un vistazo.

La otra opción es montártelo en tu hosting, ya sea con un nuevo nombre de dominio o con un subdominio. Esta opción me gusta más porque si tienes un poco de pericia te pueden montar una tienda online bastante chula en una mañana, y así además todo lo vas a controlar tú sin depender de plataformas de terceros.

Otra cosa que vas a necesitar es una buena imagen. Como estamos en modo testeo, Fiverr y plataformas similares nos pueden servir para solucionar todas nuestras necesidades gráficas: Logos, mockups de productos, recursos gráficos… tenemos que parecer que somos una tienda que está a pleno rendimiento.

El siguiente paso es quizá el más importante, o al menos el que más pericia requiere. Se trata de comenzar a hacer campañas en distintos formatos (Google Ads, Facebook Ads, etc.) dependiendo de nuestro nicho de mercado.

Sobre cómo segmentar bien, poco te puede decir. Y digo esto porque es un tema demasiado amplio como para tratar ahora. Quizá, si te interesa, le dedique un episodio o incluso una serie de episodios.

Y sí. Vamos a promocionar nuestro producto sin tener ni siquiera una unidad en nuestro poder. Lo que debemos hacer es ir trackeando las acciones del usuario y comprobar que finalmente llevan nuestro producto al carrito.

Una vez allí, deberíamos haber establecido algún mensaje informándole de que el producto no está disponible ahora mismo. Pero no le dejes ahí, sin más. Hay que aprovechar que tenemos un cliente real para captar sus datos, de cara al futuro. Yo le ofrecería un descuento a cambio de que nos deje su email para informarle cuando tengamos stock, aunque aquí, imaginación al poder.

Y esta es solo una estrategia de las miles que podríamos hacer para comprobar si hay mercado para nuestros productos o servicios.

Te comparto ahora, a modo de inspiración, tres casos de éxito implementando este tipo de estrategias:

  • Samuel Briskar tenía en mente crear una herramienta para automatizar la creación de banners en Photoshop. Antes de ponerse a programar y crearla (algo que le hubiera llevado cientos de horas quizá) creo un vídeo fake del programa funcionando. Aquí tengo que decir que esto no fue demasiado Lean, ya que tardó dos semanas en crear el vídeo (hacer montajes es lo que tiene). La cuestión es que fue compartiendo su proyecto en grupos y comunidades de gente que podría estar interesada en este tipo de producto y consiguió rápidamente 400 altas en su web y 5 compras del producto (y no era barato, costaba 110 €).
  • Justin, creador de bonebroths.com (una web de venda de caldo de huesos) validó su idea sin producir ni un solo producto. Simplemente creó la landing page y puso el precio que le pareció correcto. Tras gastar 50 dólares en anuncios, la gente empezó a comprarlo de forma masiva. Es curioso hasta donde han llegado hoy. Te hablé de ellos en el episodio 96 y es que, por lo visto, cambiaron su nombre.
  • El último caso es el de Joe, que teniendo en mente crear un curso de email marketing, se encontró un tweet de alguien que tenía precisamente un problema en ese aspecto. Sin tener el curso hecho Joe puso directamente en Gumroad su curso en preventa y respondió al tweet de dicha persona. Las ventas comenzaron a llegar y todo por un simple tweet y una preventa.

Este último ejemplo me gusta especialmente por dos razones. La primera es que podemos aprovecharnos de plataformas de terceros para crear productos en preventa, por lo que ya ni

siquiera tenemos que molestarnos en crear una web. La segunda es que aprovechándonos de las necesidades que podemos detectar en redes sociales nos puede servir tanto para conseguir ideas de negocio como para validarlas al instante e incluso para viralizarlas.

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