NED #62. Cómo dejar de consumir contenido basura y posibles nuevos temas para el podcast

¡Muy buenos días! Volvemos a la carga con la sección de cada viernes, ya sabes cuál es, “Negocios en directo”, sección en la que te hablo de una forma más personal y te comento varias reflexiones que espero te sean de utilidad.

Antes de nada, vamos con la actualización del proyecto de los 12 retos que me he marcado para este año. Ya sabes que en enero pretende lanzar definitivamente Habitopic, una web en la que quiero desarrollar una serie de contenidos relacionados con hábitos minimalistas.

La verdad es que para mostrar de forma visual tengo poco, porque la web es lo que menos me preocupa ahora.

Lo que si he estado haciendo es recopilando e investigando temas a tratar. Me he creado un documento en Notion para ir proyectando un calendario de contenidos, y la verdad es que le he metido bastante caña. Ya tengo unos 120 recursos sobre los que hablar, por lo que dependiendo de la frecuencia con la que publique, ya te digo yo que tengo para bastantes meses o incluso algún año.

También he estado estudiando y practicando cosas relacionadas con la creación de los textos. Es un tema en el que quiero mejorar bastante este año y espero que este proyecto me sirva para testear. El tema de escribir para persuadir es uno de esos conocimientos que pasan bastante desapercibidos pero que considero que tienen una importancia brutal en cualquier proyecto online, por lo que también sería interesante compartir contigo algunos de estos aprendizajes.

Aunque te confieso que estoy deseando que pase ya este mes de enero, ya que tengo demasiados compromisos y trabajos pendientes por salir y el estrés comienza a doler ya.

Espero poder trabajar en la web la próxima semana para tener algo que presentarte, pero tampoco puedo prometer nada.

Antes de que se me olvide, he estado pensando en tocar ciertos temas laterales dentro de los contenidos de este podcast. Cuando digo laterales me refiero a que, de alguna forma, guarden cierta relación con los negocios. Y particularmente el tema que más me apetece tratar es el del dinero, en relación a su gestión y a las inversiones.

No sé si te interesa o es algo que te parece aburrido. Ya sabes que soy todo oídos y cualquier sugerencia es bienvenida. Quizá haga la prueba con algunos episodios a ver qué te parece.

Vamos ahora con la reflexión central que quería compartir hoy contigo y que creo que es vital. Y es que estás harto de que te diga que el tiempo es nuestro recurso más valioso, pero claro, muchas veces no somos capaces de mirarnos el ombligo a ver qué ocurre con nuestras propias formas de hacer las cosas.

En mi caso, detecté en su día que dedicaba demasiado tiempo a consumir contenido, y gran parte de él era contenido basura.

Aquí, con contenido basura, no hay una clasificación que valga para todos. En mi caso he querido meter en este cubo aquel contenido que realmente no me aportase nada, que veía por ver, sin más.

Leía el otro día en una newsletter que el estadounidense medio consume de media 11 horas al día de contenido. Y lo peor es que en este raro 2020 la cifra ha subido hasta 13 horas y 35 minutos por día. No sé lo que incluirá este informe como contenido, imagino que también incluirá cosas relacionadas con el trabajo, porque si no el dato es increíble.

El caso es que caer en esta espiral de consumo de contenido es demasiado fácil. Por ejemplo, mi mayor problema se centraba en 4 tipos de contenido:

  • YouTube
  • Series
  • Twitch
  • Instagram

Como te dije hace varios episodios, prueba a medir con alguna herramienta tipo Toggl o RescueTime para ver el tiempo que pasas en este tipo de plataformas.

La cuestión es que he tomado varias decisiones para cortar por lo sano que se podrían resumir en eliminar, reducir y agendar.

De primeras, he eliminado aquello que consideraba como contenido que no me aportaba nada de nada, ni siquiera entretenimiento. Por lo tanto, he borrado Instagram y he optado por no entrar más en Twitch. Ojo, que no estoy echando la culpa a las herramientas. En ellas puede haber contenido que aporte mucho valor y conocimientos, pero la forma en la que las usaba no me estaba acercando a donde quería, así que he cortado por lo sano.

Con YouTube he optado por reducir. Admito que es mi plataforma de contenido favorita de todo lo que he mencionado, así que lo que hice fue, en primer lugar, empezar a eliminar suscripciones de canales que en realidad no me aportaban nada, que eran bastantes. También le dije al algoritmo que no me mostrase más dichos canales y cada vez que me ha ido mostrando algún canal que solía ver de forma ocasional y entraba en la categoría de los que no quería volver a ver, igualmente hice lo mismo.

Esto no significa que vaya a dejar de ver YouTube. Lo que hago ahora es agendar un momento cada día en el que puedo dedicarle un rato. La cuestión es que sea yo quien decida qué ver y cuándo verlo, en vez de estar pendiente cada poco de lo que van subiendo los creadores.

El tema series he decidido de momento también dejarlo a un lado y no ver más. Ya sé que puede parecer muy radical, y tampoco tiene nada de malo ver de cuando en cuando algún que otro episodio, pero como te digo, llegó un momento que ya las estaba viendo por ver.

Y es que ese es el kit de la cuestión. Muchas veces no nos damos cuenta y estamos en modo zombie consumiendo contenido sin parar, y ni nos paramos a pensar qué estamos viendo, simplemente consumimos.

Lo raro es lo fácil que me ha resultado, al menos por el momento, el cumplimiento de este hábito. Lo estoy notando para bien y creo que tendrá consecuencias muy positivas a largo plazo.

Repito que esto no es una llamada para que tomes decisiones radicales en cuanto a tus hábitos dentro de este tema. Pero creo que es un ejercicio interesante que podrías plantearte seguir simplemente para ver qué ocurre. El problema es más grave de lo que pudiera parecer porque mucha gente vive realmente enganchada a esta nueva droga basada en contenidos y nadie se está planteando en las consecuencias que esto acarrea para cualquiera.

Después nos quejamos de que “no tenemos tiempo”, pero sumamos las horas que pasamos cada día en redes sociales y consumiendo contenido basura, salen varias horas a pagar y claro, no salen las cuentas.

¿Te imaginas lo que podrías hacer con tu vida si liberas 2 o 3 horas de consumo de contenido?

Y, de nuevo, esto no es una llamada a que te pongas a trabajar como un loco y a consumir contenido de calidad que te forme en lo que sea que te interese. Entiendo que hay momentos en nuestro día a día en los que simplemente queremos apagar el cerebro y dejar la cosa fluir. La cuestión es esa, que la elección la tomes tú y que seas consciente del tiempo que inviertes en esa tarea.

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