Crear mentalmente esa audiencia a la que vamos a dirigir nuestros esfuerzos es algo que deberíamos hacer antes de crear nuestro propio proyecto, porque sin saber a quién nos dirigimos será complicado adaptar nuestros mensajes y crear una estrategia.
Por supuesto, es algo que va a cambiar, y seguramente lo que tenías en mente cuando empezaste se vea bastante alterado. Pero igualmente, como los planes de negocio, aunque no se cumplan vienen bien para tener una especie de mapa que nos ayude a dar esos primeros pasos.
Y el otro día me tope con un artículo de Josh Spector en el que precisamente daba cinco formas diferentes para dar con nuestra audiencia ideal.
Creo que puede ser interesante tenerlas en cuenta para ir un paso más allá y llegar a un punto donde la típica construcción del buyer persona no suele llegar, así que vamos con ellas:
Tu audiencia idea es una versión previa de ti mismo
Ya sea para enseñar algo, resolver algún tipo de problema o simplemente para entretener, basarse en tu propia experiencia puede ser quizá la forma más evidente de encontrar una audiencia de forma sencilla.
Y esto puede ir relacionado con el asunto del que suelo hablar en muchas otras ocasiones y que tiene que ver con el hecho de ser un experto. Realmente no necesitas serlo en nada, simplemente debes tener una serie de conocimientos y experiencias superiores a un grupo de personas que están interesadas en tu tema y simplemente tú vas por delante de ellos.
Supón, por ejemplo, que en su día tuviste el problema de querer hacer webs y no sabías como, y con el tiempo fuiste aprendiendo hasta que adquiriste las habilidades necesarias para hacerlo. Habiendo recorrido ese camino, ¿Quién no te dice que tu audiencia sea la gente que quiere aprender a hacer webs? No te hablo de que seas el megacrack de la programación, pero si tienes experiencia y conocimientos, podrías dirigirte perfectamente a ese tipo de público. Por lo tanto, es buena idea repasar tus propios procesos de aprendizaje y experiencias para detectar audiencias que quieran llegar a donde tú estás hoy o a conseguir algo que tú ya has logrado.
La intersección de la demografía y la psicología
Muchas veces, al imaginarnos nuestra audiencia, solo aludimos a datos demográficos, pero hay muchos otros que deberíamos considerar.
Por ejemplo, supón que tu proyecto es ser una mamá bloguera, algo que está bastante de moda. Seguramente sepas que tu público objetivo son madres e incluso quizá sepas la edad que tienen sus hijos y cuáles son sus profesiones. Pero esos datos son solo la mitad de la ecuación. ¿Qué hay de los aspectos psicológicos?
Para enriquecerlos, podríamos añadir a la fórmula ciertos aspectos psicológicos. Volviendo al ejemplo de las mamás blogueras, ¿tus publicaciones están dirigidas a madres que se sienten culpables por llevar a sus hijos a la guardería? ¿Les preocupa recuperar su cuerpo y quieren saber cómo? Al final se trata de ir creando variantes con posibles problemas de tu público objetivo, y sí, es más fácil si ese público es alguien como tú.
¿Qué te molesta?
Este es un clásico para detectar ideas de negocio y sirve igualmente para aplicar en el tema de las audiencias. Y es que a todos nos molesta algo o hay cosas que nos traen de cabeza, y si a ti te ocurre con determinados temas, es probable que mucha otra gente también piense lo mismo.
Aquí Josh propone hacer una lista con las cosas que nos enfadan y considerar como nuestros proyectos pueden ser una solución a dichas frustraciones.
Luego habría que considerar quién más podría compartir esa frustración, ya que probablemente ahí estaría nuestra audiencia ideal.
Por lo tanto, buscar a gente a la que le cabrean las mismas cosas que a ti puede ser, al menos, un buen punto de partida, tanto para encontrar audiencias como para encontrar ideas de negocio.
El juego de “Supervivientes”
Aquí Josh ha optado por bautizar a su técnica con el famoso reality show que por lo visto también triunfa por tierras americanas.
Este caso es especialmente útil para aquellos que, al menos de primeras, no se atrevan o no sepan cómo focalizarse en una sola audiencia.
En lugar de partir con una única audiencia, podemos partir de 12 (o del número que quieras, aquí ya es decisión tuya).
Una vez tengas el listado de audiencias, la idea sería ir compartiendo contenido creado deliberadamente para cada tipo de audiencia.
Este ejercicio permite testear el terreno sin comprometerte con un público en concreto, además de aportarte otro tipo de dato que no se suele valorar, y no es otro que ver si te gusta hacer lo que estás haciendo por cada audiencia.
Josh nos dice que lo ideal es que, cada fin de mes, votemos para eliminar a una de las audiencias.
Quizá es una forma un poco lenta de conseguir quedarte con una, aunque también partir de 12 audiencias me parece excesivo… pero bueno, quédate con el concepto de ir descubriendo tu audiencia ideal en base a empezar con varias e ir probando como te vas sintiendo con ellas.
Tu audiencia ideal no es única
Este último punto es más una forma de plantearse el asunto de la audiencia ideal que un ejercicio.
Cuando empezamos a pensar en nuestra audiencia perfecta, muchas veces terminaremos dudando porque no nos gustaría excluir a nadie. Al final, lo que suele pasar es que terminamos creando una audiencia tan amplia que casi ni podría llamarse audiencia, porque queremos abarcar tanto que casi terminamos dirigiéndonos a todo el mundo.
Para combatir este problema, podríamos plantearnos qué es realmente una audiencia ideal.
Y es que al final nuestra audiencia ideal no son las únicas personas que consumirán nuestro contenido o lo que quiera que vendamos. Es decir, son los que, probablemente lo hagan en mayor medida, pero no los únicos.
No importa cuánto acotemos el nicho, al final acabarán consumiéndonos gente que no pertenecen a él.
Por eso es importante no acabar obsesionándose con alcanzar la audiencia ideal perfecta.