Seguimos con las lecciones de nuestro gurú favorito sobre como generar dinero online. Vamos a ver si podemos rematar el hilo en este episodio, pero son tantas las perlas que merecen reflexión que no prometo nada.
Sigamos con uno de sus tweets en los que hay que parar a comentar sí o sí. Naval nos dice “Aprende a vender. Aprende a construir. Si puedes hacer ambas cosas serás imparable”.
Voy a hacer hincapié en el tema de vender, quizá una de las habilidades más infravaloradas y peor vistas que existen.
Junto con el dinero, tengo la sensación de que se nos ha educado insertando todo tipo de connotaciones negativas en estos conceptos.
Y al emprender esto es un auténtico peligro. Es muy común que alguien en sus inicios emprendiendo se venda muy barato o incluso regale directamente su tiempo. Y todo por esa sensación de que vender está mal. Este tema daría para enrollarme una hora y hoy he dicho que quería acabar con el hilo de Naval, así que sigamos.
En los siguientes tweets Naval le da vueltas a un tema muy interesante: El conocimiento específico.
Recomiendo que lo adquiramos y lo define como un tipo de conocimiento en el que nadie puede ser entrenado. Y si alguien puede entrenarte en él, entonces también podrá entrenar a alguien más y, por lo tanto, reemplazarte.
Como ves, creo que aquí Naval está haciendo un popurrí de conceptos de los que he hablado en otras ocasiones, y especialmente me resuena con el asunto de crear tu monopolio personal.
Naval cuenta que podremos encontrar este conocimiento específico persiguiendo algo que despierte nuestra auténtica curiosidad, evitando seguir algo solo porque esté de moda o tenga buenas expectativas.
También nos dice que perseguir este conocimiento debe ser una especie de juego para nosotros, mientras que el resto de personas lo verán como un trabajo. Vamos, al final se trata de hacer cosas que te hagan meterte en el famoso estado de Flow.
Por si no habías escuchado nunca antes sobre este asunto, lo de estar en estado de Flow se refiere a cuando estás haciendo algo y me “metes” de una forma tan profunda en la tarea que todo a tu alrededor desaparece, además de que el tiempo se te pasa de una forma exageradamente rápida. Por mi experiencia he podido comprobar que este estado de Flow se puede alcanzar incluso con tareas que inicialmente no me hacían demasiada ilusión completar, pero como te digo, esto es tema para otro episodio.
Como nota adicional sobre estos conocimientos específicos, Naval habla de ellos como algo muchas veces relacionado con aspectos técnicos o creativos, y, sobre todo, es importante saber que no pueden ser externalizados o automatizados.
Quizá Naval esté tomándose muy a pecho este tema del conocimiento específico, ya que, si lo seguimos demasiado al pie de la letra, significaría ser realmente únicos en aquella mezcla de disciplinas que creemos de la nada.
Pero sí que me llama la atención el asunto de la externalización y automatización. Aquí creo que lo clava, y es que, si haces un trabajo que lo puede hacer mejor una máquina o es fácilmente subcontratable, es momento de darle una vuelta para protegernos las espaldas. No creo que debamos tampoco reinventar la rueda, pero si debemos ser capaces de crear algo lo bastante genuino como para que se nos asocie con ello de una forma especial.
Cambiando de tercio, Naval prosigue su hilo comentando acerca de la responsabilidad de nuestros actos. Nos anima a tomar riesgos usando nuestro nombre en los negocios para obtener responsabilidades mayores y conseguir influencia.
Yo sé que es un tema un tanto delicado, porque mucha gente no se atreve a crear proyectos bajo su nombre por lo que pudiera pasar. Yo mismo he pasado por eso mismo, y mi experiencia me dice que es algo que seguramente te traiga más beneficios que otra cosa, aunque entiendo que haya gente que prefiera mantenerse en el anonimato.
Una marca personal transmite confianza a la vez que te hace ser responsable de tus actos. Y precisamente en el asunto de ser responsable de lo que digas y hagas es de donde proceden los mayores miedos. Mucha gente con marca personal quiere imitar a las grandes marcas comunicando de una forma demasiado formal, demasiado robótica… dando como resultado lo peor de los dos mundos. Y es que lo mejor de utilizar una marca personal es que puedes (y debes) hablar como la persona que eres, sin falsear nada ni ser una pieza más del engranaje.
Entiendo que esto cueste muchísimos porque a todos nos han educado a ser de una determinada manera para encajar en el sistema, y yo soy el primero al que le cuesta muchas veces dar el paso y hacer las cosas a mi manera, en vez de seguir las reglas.
Pero vamos a seguir, porque de nuevo nos encontramos con un tema que daría para otro episodio, así que me lo apunto para más adelante.
Naval también se mete en el asunto del apalancamiento, del que te hablé en otro episodio no hace mucho.
Distingue algunas formas de apalancamiento que requieren de ciertos permisos para obtenerlas de otras a las que podemos optar todos desde ya. El capital y la fuerza de trabajo serían aquellas que requieren de ciertos requisitos previos, pero el software/código y los medios de comunicación (internet) nos permiten optar a un potencial enorme de una forma muy sencilla.
Incluso si no queremos o no sabemos demasiado sobre código o software específico, está en nuestras manos utilizar otro tipo de herramientas para conseguir ese apalancamiento que sí depende de nosotros, como pudiera ser crear un blog, un libro, un podcast o vídeos para YouTube.
Veo que el hilo sigue y sigue, así que resumiré los puntos que más interesantes me parecen de los que quedan para evitar alargar más el episodio.
El colofón final de Naval nos viene a decir que intentemos ser los mejores del mundo en aquello que hacemos (ya sabes que ahora podemos crear una profesión a medida, por lo que es posible). También nos recuerda que no hay caminos rápidos hacia la riqueza, por lo que huye de aquel que te lo venda, y para rematar la jugada, nos suelta su última bomba: “Cuando finalmente poseas riqueza, te darás cuenta de que no era lo que estabas buscando en primer lugar, pero eso es otro tema”.
Cómo ves, un hilo que tampoco dice cosas del otro mundo ni nada revolucionario, pero si que viene bien tenerlo a mano y reflexionar, especialmente ahora que se acerca el cambio de año, para ver si el rumbo que estamos tomando es el adecuado.