Hoy te voy a hablar de una curiosa formula que escuché en su día a Noah Kagan y que a su vez él la recogió de otro estudio.
Quizá ya me hayas escuchado hablar sobre dos de los grandes problemas a la hora de crear proyectos online: Comenzar a llevarlo a cabo y darle continuidad en el tiempo.
Supongamos que hemos logrado comenzar al fin nuestro proyecto. Si es tu caso, enhorabuena, ya que la mayoría de proyectos no llegan ni a ver la luz.
El gran problema al que te enfrentas ahora es sobre el hecho de continuar picando piedra aún sin ver resultados.
A mi particularmente me gusta cotillear ciertos canales y temáticas en varios medios online, ya sea en YouTube, en formato podcast o incluso en el mundo de los blogs.
De vez en cuando me gusta buscar por palabras clave para encontrar canales interesantes en ciertos nichos, y lo que me encuentro es demoledor. La gran mayoría de canales mueren apenas con un puñado de publicaciones.
Piensa que por cada canal de YouTube o podcast que sigues sobre una temática hay cientos que apenas comenzaron y fueron cerrados al poco tiempo. Te invito a que hagas el experimento por tu cuenta.
Y es que la barrera de la constancia es muy dura para muchos, especialmente cuando nadie sabe que existes y parece que estás predicando al viento. A todos nos ha pasado con algún proyecto, así que, si te sientes identificado, tampoco te fustigues demasiado.
Precisamente para evitar que nos ocurra esto vengo a compartir contigo la Ley de los 100.
Noah Kagan se sacó esta Ley de la manga después de conocer un curioso estudio de la Universidad de Miami.
En una clase de fotografía se dividió a los alumnos en dos grupos: Al primer grupo se les pidió que hicieran 100 fotografías para el final del semestre y poder conseguir así una B, que equivaldría a un notable en nuestro sistema de educación.
Al segundo grupo solo se les requirió hacer una única fotografía, pero debía ser perfecta si querían obtener una A, es decir, un sobresaliente.
Lo que sucedió al final es que el grupo de las 100 fotos obtuvieron fotografías de mucha más calidad artística.
Esto fue así debido a que entre que pudieron experimentar más, aprender de sus errores e ir mejorando con cada fotografía… al final la práctica hizo al maestro, como se suele decir.
Aquí habría que pararse a analizar, en el caso de los proyectos online, aquellas causas que normalmente nos frenan a la hora de ser constantes con algo que hayamos comenzado a crear.
Particularmente se me ocurren tres que considero las más problemáticas:
Falta de foco mediático: Cuando comienzas un blog, un podcast, un canal de YouTube o incluso una cuenta empresarial en cualquier red social, la mayoría de los mortales comenzamos teniendo cero seguidores. Y es que eso de publicar y que no haya nadie al otro lado puede doler, especialmente si eres de ego sensible. Aunque aquí habría que preguntarse: ¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? En este caso si hay solución, y es que para que llegue gente a nuestros proyectos tendremos que tener material que haga que merezca la pena seguirnos, ¿no crees?
Sentimiento de que somos “malos”: Es normal que cuando comenzamos un nuevo proyecto, aunque sea con el rabillo del ojo, nos fijemos en lo que hacen otros en nuestro sector. Y claro, nos comparamos con ellos… y vemos que no damos el nivel.
Además, si eres un poco novato y estás empezando a desarrollar tu carrera puede que lo sufras aún más. El caso es que es absolutamente normal que nuestros primeros trabajos sean un poco malos, para que negarlo. Pero es que es necesario pasar por ese paso, no hay otra si quieres aprender.
Hasta los mejores han tenido que pasar por ese trance, así que es conveniente no darle muchas vueltas a algo que es inevitable. O pasas por el trance de hacer cosas mal o te quedas esperando y aprendiendo para no lanzarte nunca.
Ausencia de resultados: Quizá el mayor error en el que caen los emprendedores que inician sus proyectos online es pensar que los resultados van a llegar pronto. Lo más normal es que haya una travesía más o menos larga por el desierto. Y ojo, que con resultado no quiero decir que no busques señales, que son cosas distintas. Señales pueden ser esa primera venta, esas primeras escuchas en tu podcast… en definitiva, todo aquello que pueden hacernos intuir que el proyecto puede crecer y ser rentable en el futuro.
Como ves, me he desviado bastante del tema, así que volvamos al asunto de la Ley de los 100. Lo que vendría a decirnos es que, como mínimo, perseveremos en 100 unidades dentro de nuestro proyecto. Lo he llamado unidades porque hay diferentes formas de enfocarlo: Lo mismo pueden ser 100 episodios de podcast, 100 vídeos de YouTube, 100 post o 100 días seguidos llamando a posibles clientes a puerta fría. Aquí puedes meter lo que se te ocurra.
La cuestión es no dejar de insistir durante al menos esas 100 unidades, aunque no tengamos resultados. ¿Y qué lograremos con esto?
En primer lugar, validar que el proyecto nos atrae lo suficiente como para llegar a ese nivel de consistencia. Desde la barrera todos somos muy valientes, pero hasta que no nos lanzamos no vemos la realidad que se esconde detrás de desarrollar un proyecto. Si cumplir con la Ley de los 100 te sirve para confirmar o desmentir que un proyecto es adecuado para ti, bienvenido sea.
También lograremos mejorar en la práctica que estemos desarrollando. Y es que muchas veces la ausencia de motivación viene dada por la ausencia de habilidad en alguna tarea. Si consigues desarrollar cierta destreza (y siendo constante es probable que lo logres) quizá una tarea que antes no te llamaba demasiado la atención, al verte coger soltura puede que te anime a llevarla un paso más allá.
Podríamos seguir mencionando más beneficios de esta práctica, aunque seguramente el mayor sea el hecho de que vas a ejercitar el músculo de la constancia, y ese es uno de los mayores superpoderes que puedes tener en esta época, especialmente en el mundo de los negocios.