Crear un negocio sobre algo que no sabes

El pasado domingo hablaba en mi newsletter sobre algunos temas relacionados con demostrar algo que no eres.

Por cierto, si no quieres perderte mis emails, te dejo en las notas del programa un link para que te suscribas.

El caso es que hablaba sobre el famoso “Fake it till you make it”, que vendría a significar que finjas algo hasta que sea verdad (o no) y era una teoría que yo hace tiempo veía con buenos ojos (ahora no tanto).

Si observas el panorama, estamos inundados de anuncios de profesionales que prometen el oro y el moro.

Para empezar, lo que ya he comentado en otras ocasiones. Prometer resultados que no dependen de ti es quizá una de las peores estrategias que puedes llevar a cabo.

Por ejemplo, supongamos que eres consultor de Facebook Ads. Tú puedes prometer que vas a realizar campañas muy bien segmentadas (si es que sabes) pero no que vas a aumentar las ventas de forma garantizada a nadie, ya que eso es algo que al final está fuera de tu control (al menos, en parte). Por supuesto, ese será el objetivo, pero de ahí a garantizar nada… va un trecho.

Y si, ya sé que ahora todo el mundo está garantizando cualquier cosa, lo que mejor resuene en los oídos de los posibles clientes. Y luego pasa lo que pasa… que no funciona, y nos quejamos.

Tampoco voy a entrar en quien tiene la culpa, si la persona que promete cosas que realmente no puede controlar o quien acepta unas condiciones demasiado idílicas.

Volviendo al tema del episodio, ¿se puede crear un negocio de algo que no sabes? En esta reflexión hay muchas escalas de grises, ya te aviso.

Por un lado, ¿qué es saber de algo? ¿Necesitas un título que te avale? ¿Hay un punto claramente diferencial en el que puedes pasar de decir que “no sabes” a decir que “sabes”?

Para mí, el tema de los títulos ya está más que superado. Salvo para ciertas profesiones bastante específicas, pocas garantías me ofrecen.

Es como si acudieras a mí para llevarte la contabilidad de tu empresa solo porque tengo el título de ADE. Hace que no hago un asiento contable… ni se sabe, y, además, odiaba todo el tema contable.

Este asunto se viene arrastrando en muchas profesiones. Gente que estudió una carrera hace décadas y que no ha ido actualizando sus conocimientos hay a patadas… pero la validación que da el título aún es fuerte. No quisiera meterme en jardines peligrosos, pero podría aplicar este caso, por ejemplo, a médicos que siguen diciendo (y recomendando a sus pacientes) metodologías que han quedado totalmente obsoletas y que incluso son contraproducentes.

Entonces, más allá de títulos académicos, ¿cuándo podemos decir que sabemos lo suficiente como para montar un proyecto?

Se puede enfocar esta pregunta desde varios frentes:

Por un lado, cuando tú ya has conseguido resultados en aquello que sea que vendes, debería ser más que suficiente.

Por ejemplo, puede que hayas desarrollado unas cuantas webs en WordPress y vendas servicios de desarrollo en WordPress. Nadie te va a pedir que demuestres nada, pero seguramente te venga bien mostrar. Y con mostrar me refiero a tus trabajos, a tus artículos y a todo aquello que hayas hecho o comunicado en relación a esos servicios.

Pero, ¿y si alguien quiere reconvertirse a una nueva profesión? ¿Cuánto tiempo debe esperar? ¿Cuándo sabrá que está lo suficientemente preparado?

Aquí yo recomendaría la opción de construir tu cambio en público. Ya te he mencionado en alguna que otra ocasión que cada vez hay más interés en esta práctica llamada “build in public”, y en este caso me parecería una opción estupenda para mostrar un proceso sin humo ni medias tintas. Que se vea lo que hay.

Vamos a verlo con un ejemplo. Supongamos que te ha gustado el mundo del copywriting y te gustaría hacer de este tema tu profesión.

Mucha gente se pasaría meses o incluso más con todo tipo de formaciones, una tras otra… y en la mayoría de los casos acabarían estancándose al no ver el momento adecuado para ofrecer sus servicios.

Eso de ser eternos estudiantes y no mancharnos en el barro es algo que mucha gente sufre, yo el primero.

En el caso que acabamos de ver, yo recomendaría comenzar a crear y compartir su camino. Por ejemplo, yo me crearía una web (aún sin ofrecer servicios) donde simplemente fuese compartiendo mis aprendizajes y todo el material que cayese en mis manos.

También aprovecharía para poner en práctica todo lo que fuera aprendiendo, haciendo incluso pequeños trabajos gratis para ir desarrollando un portfolio.

Es un proceso lento, pero natural. Uno no se hace especialista en una materia de la noche a la mañana, de ahí que haya que ir picando piedra desde el minuto cero.

Imagina si comparamos las dos situaciones descritas: En una estamos estancados y en la otra, como mínimo hemos creado contenido sobre nuestra materia y podemos ser vistos de cara al público al menos como alguien con interés y persistencia en un tema concreto.

Porque esa es otra, el mostrar la persistencia. Hay demasiadas webs “muertas” en cuanto a contenido, y claro, de cara a ganar nuestra confianza… pierden muchos puntos.

Si vas a contratar a un copywriter que no escribe ni para él… ya me dirás la confianza que inspira. En cambio, si eres constante y compartes tu camino, día a día, vas a transmitir una mejor impresión.

Además, está demostrado que una de las fórmulas de mayor éxito para aprender cualquier cosa es enseñando. Si eres capaz de crear contenido enfocado en enseñar a los demás, vas a rizar el rizo.

Este caso es aplicable a la mayoría de profesiones digitales: Copy, desarrollador, SEO, especialista en Facebook Ads… lo que se te ocurra.

Si estás pensando en reconvertirte o, aunque simplemente quieras aprender una nueva habilidad, mi recomendación es que comiences compartiendo en público tu camino.

El momento de monetizar llegará cuando llegue, no te preocupes ahora por eso.

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