Me encantan las ideas, especialmente las ideas de negocio. Creo que a ti también, o al menos, eso indican los números cuando hablo en este mismo podcast sobre todo tipo de ideas para poner en marcha.
Y si, también te he dicho muchas veces que las ideas sin ejecución no sirven de nada. Pero igualmente, siguen siendo un activo mental importante.
Estoy yendo más allá de las ideas de negocio para meterme en el mundo de las ideas en general, aquellas que podemos aplicar en cualquier ámbito.
Tener la capacidad de generar ideas es toda una capacidad infravalorada. Por supuesto, habrá gente que esté predispuesta a generar ideas de forma fácil, pero como toda habilidad, es algo entrenable. ¿Y acaso alguien la entrena? Puede parecer algo de gente rara, pero entrenar el músculo de las ideas puede ser una de esas ideas (valga la redundancia) que nadie se plantea y que es un diamante en bruto a explotar.
A la mayoría de personas nos gusta el mundo de las ideas. Al final, es un mundo en el que todo puede suceder y en el que nos gusta perdernos. De ahí su cara más oscura, ya que a veces puede estancarnos si es que nunca decidimos pasar a la acción.
Pero el caso es que hoy he venido a hablarte de su lado bueno. Necesitamos generar ideas para muchas cosas: Desde permitirnos hilar todo tipo de temas y encontrar soluciones hasta descubrir todo tipo de ocurrencias ocultas en lo más profundo de nuestra mente.
Me gustaría compartir contigo la técnica de James Altucher para ser una máquina de generar ideas.
James es todo un emprendedor y te recomiendo que eches un vistazo a su web. Es un tipo al que merece la pena seguir.
El caso es que James tiene un post donde explicaba como ser el hombre con más suerte del mundo en cuatro pasos. Evidentemente, estos pasos para generar suerte se basaban en currar mucho, y entre ellos estaba una curiosa rutina diaria: Escribir un listado de ideas cada día.
Comenzó con esta práctica cuando estaba en los peores momentos de su vida, prácticamente arruinado y sin ninguna expectativa.
Afirma que le ha cambiado la vida ya que ahora es capaz de encontrar respuestas en todo tipo de situaciones: Reuniones, preguntas, encuentros peligrosos…
A mí, desde luego, me ha llamado la atención y es por eso que quiero compartir contigo su técnica para generar ideas.
Para comenzar, James recomienda que nos compremos la típica libreta de camarero. Al fin y al cabo, es pequeña, cabe en cualquier bolsillo e ideal para escribir listas. Recomienda ir a una cafetería (si es que puedes) o leer un rato para obtener un poco de inspiración antes de escribir. El siguiente paso es comenzar a escribir, aunque no tengas ni idea de donde van a salir esas ideas.
¿Y cuántas ideas debemos escribir? Pues es número ideal es 10. Y no es un número escogido al azar.
Si no dicen que apuntemos 4 o 5 ideas sobre un tema concreto, por ejemplo, ideas sobre crear un podcast, pues lo normal es que esas primeras sean fáciles de obtener. La cuestión es que a partir de la sexta se nos empezará a poner la cosa complicada y es donde el músculo de ideas comenzará a sudar la gota gorda. Ese sudor metafórico es necesario para poner el músculo en buena forma, de ahí la cifra de 10 ideas.
Y si nos atascamos y no somos capaces de llegar a la cifra de 10, entonces deberíamos plantearnos escribir 20. Y es que tendemos a paralizarnos por el perfeccionismo, que viene a ser el mayor enemigo del músculo de las ideas.
No importa que las ideas puedan parecer ridículas o que no sean lo suficientemente buenas, el caso está en hacer. Es como en los brainstorming, donde uno de los factores clave es que no haya censura y que se apunte cualquier idea, por loca que parezca. Te sorprenderías la de buenas ideas que han surgido de esta forma.
Vale, ¿y de qué tienen que tratar estas ideas? Ahí está la gracia, ¡pueden ser de cualquier temática! No te limites a pensar solo en negocios, ¡imaginación al poder! Ideas sobre cómo llevar a tu perro al veterinario, sobre qué hacer durante 10 minutos antes de dormir, sobre películas acerca de gatos que estaría bien que se hicieran… ¡no hay censura! Recuerda que esto trata de poner en marcha nuestro músculo de ideas, ¡nada más!
Y ahora que ya tenemos nuestra lista de ideas, si queremos dar un empujoncito más a nuestro cerebro, podemos crear una columna al lado en la que escribamos el primer paso que podríamos dar para ejecutar cada idea.
El propio James nos cuenta un ejemplo propio en el que desarrolló 10 ideas para crear ciertas webs y en el primer paso para ejecutarla escribió la idea de contratar a un programador freelance en la India. Al final acabó desarrollando ese proyecto a un coste muy bajo y 9 meses después lo vendió por 10 millones de dólares.
Entiendo que no hay que fliparse ni esperar conseguir resultados en cuanto a ideas millonarias. Esto va de desarrollar un hábito que sin duda nos servirá a la hora de crear proyectos.
En internet he llegado a encontrar varias webs de gente que ha desarrollado esta práctica y comparte cada día su listado de 10 ideas.
Yo me lo he planteado y veremos si pronto lo pongo en práctica, ya que me parece un experimento interesante. Y tú, ¿te animas a probar?