33

Hoy comparto contigo un episodio un tanto especial contigo, y es que hoy cumplo 33 primaveras.

No soy muy de celebrar los cumpleaños, pero, quieras o no, son fecha que hacen a uno reflexionar.

Las cifras del podcast me dices que muchos de vosotros rondáis mi edad, además de ser hombres en mayoría, así que quizá os podáis sentir bastante identificados conmigo.

Sobre las estadísticas del podcast ya hablaremos otro día. Hoy vamos a hablar de la edad y el emprendimiento.

Parece que solo se escucha hablar en los medios sobre emprendedores que han triunfado siendo muy jóvenes. Chavales que con 15 años montar una Startup y compran una casa a sus padres entiendo que es algo muy noticiable.

También ocurre algo bastante curioso, y es que cuando leo biografías o entrevistas a emprendedores, parece que hay una historia que se repite mucho; y es que muchos hablar sobre cómo cuando eran muy pequeños ya tenían esa mentalidad emprendedora. Ya fuera vendiendo cromos en la escuela, creando un puesto de limonada o vaya usted a saber qué, el caso es que parece que todos llegaban bendecidos del cielo con el don del emprendimiento.

Con todo esto, parece que si te pasas de años o no tenías muy claro desde niño que lo tuyo eran los negocios, no tienes ninguna oportunidad.

Esto suele pasar tanto con el emprendimiento como en cualquiera otra área de la vida, especialmente en la cultura hispana, donde el error se castiga más que cualquier otra cosa.

Nos están vendiendo un estilo de vida que, afortunadamente, ya ha caducado. Y digo afortunadamente porque esto abre las puertas a un nuevo mundo hasta ahora solo reservado a los más raritos del lugar.

Aún hay gente que sigue defendiendo el discurso del “trabajo para toda la vida, compra tu piso, ten 2.5 hijos, dos coches en el garaje y vacaciones de agosto en Benidorm”.

Si algo bueno nos ha traído el cambio de paradigma social es que ahora podemos ser quienes queramos, e incluso cambiar si no nos gusta.

Hasta hace nada que un hijo no acabase la carrera que había comenzado, que alguien dejase un trabajo porque no le motivaba o tomar la decisión de empezar a estudiar algo totalmente diferente a los 40 era, como te decía, algo reservado para los raritos.

Ahora este ejército de raritos comienza a ser mayoría, y desde mi punto de vista, es algo totalmente positivo.

Pero volvamos al mundo del emprendimiento, que me desvío.

Hoy quiero compartir contigo datos e historias que apoyan el hecho de emprender a edades más avanzadas.

Según diversos estudios, el emprendedor promedio tiene 40 años cuando lanza su primera startup, cifra bastante alejada de la que nos venden los medios. De hecho, estos estudios muestran que los emprendedores con una edad más avanzada tienen mayores probabilidades de tener éxito en sus proyectos.

Esto tiene su lógica, puesto que a edades más avanzadas se presupone que las personas tenemos más experiencia y quizá se tengan las cosas más claras.

Igualmente me viene a la memoria casos de estudiantes bastante mayores que inician nuevos estudios y arrasan a todos sus compañeros, supuestamente con una frescura mental mayor.

Al final, para lograr alcanzar la madurez se necesita tiempo y experiencia, y de hecho, estoy empezando a tener en cuenta el factor madurez como algo muy relevante para alcanzar ciertos hitos.

Te voy a mostrar ahora algunos ejemplos de emprendedores que montaron proyectos millonarios a una avanzada edad:

Jack Ma: Empezamos fuerte con el caso del creador de Alibaba. Aunque parezca increíble, por lo visto, la primera vez que Jack Ma usó un ordenador tenía 30 años. Suspendió tres veces los exámenes de acceso a la universidad y también fue rechazado en decenas de entrevistas de trabajo. A los 31 fundó su primer proyecto basado en una especie de páginas amarillas chinas y a los 35 creó Alibaba. El resto es historia.

Ray Kroc: Quizá su nombre no te suene mucho, pero es el responsable de que hoy todo el mundo conozca McDonalds. De hecho, hay una película sobre cómo consiguió este hito llamada “El fundador” que te recomiendo. El caso es que la vida de Ray a sus 50 años era bastante complicada, ya que se dedicaba a vender todo tipo de cosas a puerta fría. Todo cambió cuando se cruzó con un restaurante llamado McDonalds en California, y con su particular visión logró convertirlo en el negocio que hoy en día conocemos. Tampoco te quiero destripar demasiado sobre sus técnicas, para ello te emplazo de nuevo a ver la película.

Coronel Sanders: El creador del famoso KFC alcanzó el éxito en los negocios cuando la mayoría de la gente comienza a pensar en lugares donde ir a pescar cuando se jubilen. Y es que fue a los 62 años cuando el coronel inició la franquicia de su restaurante. Mal no le ha ido, desde luego.

Aquí me gustaría parar este frenesí de emprendedores multimillonarios porque entiendo que no es ni tu caso ni el mío. Está bien conocer las grandes historias, pues a todos nos llaman la atención, pero ¿sirve igualmente para cualquier persona?

Evidentemente lo que es noticiable es aquello que más llama la atención, pero efectivamente, hay cientos de miles de casos de emprendedores que a edades maduras han alcanzado el éxito. Y con éxito me refiero a la definición que cada uno tenga, más allá del dinero.

¿Y dónde quiero ir a parar con todo este rollo que te estoy soltando? En que no hay que dejar que nadie te desanime por salirte del supuesto camino que deberías llevar. Estoy cansado de encontrarme gente en internet que pregunta al mundo si es demasiado mayor para hacer una u otra cosa. Si depende de ti y es lo que quieres, ¿por qué no lanzarte? Evidentemente si tienes 40 años y quieres ser el próximo campeón de Roland Garros, lo llevas claro. Pero, aunque tuvieses 15, estaríamos en las mismas. Al final se trata de ir más allá de los objetivos que no dependen de nosotros e ir a por aquello que nos apetezca y que esté en nuestras manos.

Y llevándolo al terreno del emprendimiento, me da igual que tengas 40 años y no sepas montar un ecommerce. En tus manos está aprender, en tus manos está echarlo a rodar… Así que hora de dejar los complejos de la edad a un lado y a ponerse manos a la obra.

Como ves, otro episodio que se me ha ido un poco por las ramas. Me gustaría terminar diciéndote que te apuntes a mi newsletter (la puedes encontrar en mi web).

Este domingo la relanzo y ahí adelantaré algunas novedades, así que estate atento para no perderte nada.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *