De cuando en cuando comparto contigo alguna “palabreja” de esas que no me suelen gustar demasiado (en mi opinión, se acaba abusando de ellas) pero que sirve para describir a un tipo de persona con el que quizá te sientas identificado.
Hoy vamos a hablar de la multipotencialidad, tema que está bastante de moda.
Y es que ya te he comentado en muchas ocasiones sobre el eterno debate entre especializarse o tocar muchos palos, y de eso va hoy precisamente el tema.
Una persona multipotencial es aquella que siente interés por todo tipo de temas, indaga en ellos, pero digamos que no se queda quieto. Pronto (normalmente cuando se aburra) probará otro tipo de disciplinas, creando así un círculo virtuoso (o vicioso, según se mire).
Y es que tener este tipo de “don” o como quieras llamarlo puede ser tanto una bendición como una maldición.
A mí no me gustan las definiciones demasiado acotadas, pero bueno, creo que considero que podría encajar dentro de este término.
Algunas señales que indican que podrías ser multipotencial serían:
- Nunca tuviste muy claro el qué querías estudiar.
- Eres adicto a aprender cosas nuevas.
- Cuando llevas un tiempo metido en algo sientes que quieres probar suerte en otros campos.
- Tus intereses son demasiado variados. Lo mismo hoy te apetece aprender a programar que dentro de un tiempo estás metido en curso para aprender a hacer nudos marineros.
Y como te decía antes, todo esto tiene sus partes buenas y malas, y por supuesto se pueden aplicar al mundo del emprendimiento.
En mi opinión, siendo emprendedor, es más positivo que negativo el hecho de ser multipotencial. Y más hoy en día, donde todo cambia cada vez más rápido.
Ojo, que aquí no estoy defendiendo que por ser multipotencial se deban crear todo tipo de proyectos, a cada cual más variado. Centrarte en un negocio puede ser perfectamente recomendable aún siendo multipotencial. La cuestión es que, hoy en día, a cada proyecto le corresponden unas tangentes que le van a tocar sí o sí. Y subcontratarlas puede estar muy bien, pero hacerlo conociendo las tareas que estás delegando supone un plus para garantizar al menos ciertos mínimos.
Esta podría ser una estrategia interesante para aquellos multipotenciales que no quieran perder el foco en demasiados proyectos. Simplemente céntrate en algo concreto y no pares de aprender en todo lo que le rodea, que no va a ser poco.
El gran problema es que la cabra tira al monte, como se suele decir, y el riesgo de dispersión, abandono y e incluso parálisis es alto.
Para entenderlo, vamos a clasificar a los multipotenciales en dos grupos, a ver si te sientes identificado con alguno de ellos:
- Multipotenciales secuenciales: Van de tema en tema sin que estos se mezclen. Comienzan con una materia y cuando se aburren, pasan a la siguiente.
- Multipotenciales simultáneos: En este caso pueden investigar varios temas al mismo tiempo.
El caso es que existe un gran problema con esto de que te interesen demasiadas cosas. Puede que llegue el día en que te emociones demasiado con muchos temas y te quedes en una situación de parálisis.
Te reconozco que a mí me está pasando. Tengo en el tintero demasiadas cosas a las que me gustaría “meterles mano” pero estoy paralizado porque no sé por cual empezar. Además, la lista sigue engordando, lo que no hace otra cosa que agravar el problema.
Y aquí es donde ya hasta dudo sobre si soy multipotencial o simplemente un “flipado” más. Al final, el multipotencial acaba haciendo cosas y desarrollando ciertas habilidades en la temática en la que está investigando, aunque al poco tiempo se aburra y comience con otra cosa.
Estoy viendo cómo solucionar esta parálisis y tengo algunos tips que quizá te puedan servir si te encuentras en una situación similar, ya seas multipotencial, “flipao” o alguien que no sabe con qué proyecto seguir adelante:
- Haz un listado de proyectos en los que te gustaría probar o aprender: Si eres multipotencial, seguro que tienes ideas como para llenar varios folios, así que esto será sencillo.
- Elige dependiendo de tus expectativas: Si solo buscas aprender o disfrutar (aunque para el caso, son lo mismo) quizá puedas permitirte el lujo de escoger varias. En cambio, si pretendes buscar monetización a medio plazo, quizá deberías acotar más tu decisión.
- Usa el timeblocking: Toca asignar tiempo a cada proyecto, y este punto es el más clave de todo. Sin organización, irás como pollo sin cabeza. No importa si es una hora al día o a la semana, la cosa es que asignes tiempo a tus proyectos porque si no sabes muy bien que no vas a avanzar.
- No cambies demasiado pronto de proyecto: Dale un mínimo de tiempos para ver si de verdad te motiva, o sino terminarás saltando de proyecto en proyecto como un loco y de nuevo estaríamos en una situación de no avanzar con nada.
- Ten en cuenta el efecto compuesto: Me gusta mucho la frase que reza algo así como “sobrevaloramos lo que podemos hacer a corto plazo e infravaloramos lo que podemos conseguir a largo plazo”, y es que no me canso de repetirla. Es hora de no ser impaciente, disfrutar del proceso y, sobre todo, ser constante. Una hora al día invertida en tu proyecto durante un año puede llevarte muy lejos. Ya sé que no tenemos la costumbre de mirar a tan largo plazo. Queremos las cosas para ya, pero paciencia. Si eres constante con esos mini-proyectos, podrás ir sacándolos poco a poco, sin prisa, pero sin pausa.