Hoy vuelvo a la carga con uno de esos listados que parece que tanto gustan.
Los consejos que comparto contigo hoy no son míos, sino de Noah Kagan, el fundador de Appsumo, esa web de herramientas digitales en la que si entras es bastante probable que acabes comprando algo. Es demasiado adictiva.
El caso es que Noah tiene una larga trayectoria en el mundo del emprendimiento, así que me parece buena idea escuchar algunos de los que él considera como errores típicos al emprender, especialmente entre los más novatos. Vamos con ellos:
Acumular seguidores, pero no ofrecer nada para vender: Noah nos habla en este primer caso de una situación que se repite bastante. Comenzamos a crear un proyecto, vamos viendo como crece y como aumentan nuestros seguidores, pero nos mantenemos eternamente en la fase de espera. Y es que de poco sirve tener una lista de correos que no para de crecer y crecer, pero que no factura absolutamente nada. Esto ocurre porque es “bonito” jugar a emprender sin el riesgo a ser rechazado. La solución, empezar a ofrecer un producto de pago ya mismo y ver qué pasa.
Saltar de idea en idea sin empezar ninguna: Esto ocurre por el miedo al fracaso. Queremos diversificar antes de siquiera haber comenzado nada, asumiendo ya nuestro fracaso de manera inconsciente. Para superarlo, lo mejor es seleccionar una idea (solo una) y trabajar en ella de forma exclusiva e intensa durante un periodo de tiempo determinado para ver que ocurre. Aquí Noah nos habla de la regla de los 100, que vendría a ser el hecho de centrarse en una idea durante 100 días, para una vez consumidos, tomar una decisión sobre seguir o cambiar.
Vender a todo el mundo excepto a tu red de contactos: Según Noah, tenemos miedo a ser juzgados por gente que nos conoce. Y es que es más fácil vender a desconocidos, ya que al menos, ese posible rechazo no nos dolerá tanto. ¿Por qué no vender primero a la gente con quien tenemos más conexión? Yo aquí discrepo bastante. Está bien mostrar nuestro producto a la gente más cercana, pero debemos tener en cuenta que su juicio no será demasiado objetivo, ya que son gente que, en principio, quiere lo mejor para nosotros, por lo que todo serán sonrisas, aunque no les guste lo que ven.
Gastar más de 1.000 dólares en comenzar el negocio sin ver aún un dólar de beneficio: Logos, diseños, tarjetas, servicios… Es muy común dejarse llevar por los cantos de sirena y gastar como si no hubiera un mañana antes de comenzar cualquier cosa. El consejo que nos da es que primero encontremos nuestros clientes antes de invertir en construir nuestro proyecto. ¿Cuál es la opción más económica de mostrar nuestra solución a nuestros potenciales clientes? Reto, conseguir 3 clientes en 48 horas.
Quejarse porque la economía está mal: Hay que saber cómo de importante es nuestra solución para que pueda seguir adelante a pesar de cualquier ciclo económico. Debemos preguntarnos: ¿Les importaría a mis clientes si mi negocio cerrase? Así descubriremos como de importante es nuestro proyecto.
Comprar demasiados cursos: Pensar que la clave de tu éxito está ahí fuera, en el siguiente curso, libro o cualquier otra formación, puede ser un error fatal. Normalmente muchos emprendedores pasan más tiempo formándose que realmente haciendo algo por su proyecto. Piensan que necesitan más y más antes de estar listos para empezar, y se encuentran en una situación de circulo vicioso de la que es muy difícil escapar. Prémiate con un curso nuevo solo cuando tengas clientes.
Dejarlo demasiado pronto: A veces alcanzar el éxito es aburrido, pero no hay que dejar que nos desmotive para alcanzar nuestras metas. La impaciencia está matando muchos más proyectos emprendedores que casi cualquier otra cosa. Pasar por ese desierto de crecimiento es una prueba más en el camino de emprender, y son pocos los que aguantan esa soledad ante la falta de resultados.
No utilizar tu día de trabajo como un inversor: Aquí Noah nos habla del típico debate acerca de dejar tu trabajo para emprender o hacerlo mientras sigues trabajando. Nos avisa de los peligros que tiene el hecho de precipitarse y lanzarse al vacío antes de ver resultados económicos en los proyectos. Dice que esto suele pasar porque la gente odia sus trabajos y quiere marcharse de ellos cuanto antes, así que utilizan como escusa el hecho de trabajar en exclusiva para sus proyectos. Para reducir los riesgos, Noah recomienda mantener nuestros trabajos hasta al menos ver que nuestros proyectos monetizan lo suficiente. Para ello, habrá que realizar una inversión sobre todo en la gestión de nuestro tiempo e invertirlo de la forma más productiva.
Perseguir oportunidades en vez de centrarse en sus propios problemas: Hay demasiados “objetos brillantes” a nuestro alrededor con los que muchos emprendedores se distraen en vez de centrarse en resolver sus propios problemas. Si te fijas, vivimos rodeados de todo tipo de supuestas oportunidades para obtener más y más ganancias: Criptomonedas, dropshipping, YouTube… Lo cierto es que cada una de ellas representa una industria en sí y desde luego ninguno de esos caminos es fácil ni rápido. Conviene dejar de lado todos estos supuestos negocios millonarios y centrarnos en picar piedra en nuestro camino.