Uno de los grandes problemas de todo emprendedor en potencia es elegir una idea de negocio para lanzarse con ella. En muchos casos ocurre que tenemos dudas sobre cual elegir, porque nos gustan muchas cosas y claro, renunciar duele. Hoy comparto contigo una opción pensada para aquellos emprendedores indecisos que lo quieren todo.
El nicho no es la única opción
He defendido a capa y espada en muchas ocasiones la opción de centrarse en nichos de mercado para maximizar las opciones de triunfo con nuestros proyectos. Desde luego, en el mundo actual en el que vivimos, donde las grandes empresas son dueñas de los mercados más genéricos, la opción del nicho parece la más adecuada para cualquier pequeño emprendedor que se lanza al mercado. ¿Pero qué ocurre si, por ejemplo, tenemos dos pasiones o ideas que nos encantan y no queremos renunciar a ninguna de ellas?
Bueno, antes de nada, me gustaría aclarar que la renuncia no es mala. De hecho, es algo que hacemos todo el tiempo. Tu ahora mismo, para escuchar este podcast, estás renunciando a dedicar estos minutos a cualquier otra cosa que podrías hacer. Al final elegir significa renunciar para seguir adelante, pero hoy voy a proponerte una idea para saltarte las normas y evitar tener que renunciar a la hora de decidir entre varias pasiones.
Proyectos Frankenstein
En un alarde de originalidad, voy a bautizar a este tipo de proyectos como Frankenstein. Como sabrás, en la famosa novela, el médico Víctor Frankenstein crea un monstruo a partir de restos de cadáveres para insuflarle vida.
Si llegar a ese nivel tan tétrico, los proyectos Frankenstein son aquellos que se componen por varias temáticas para crear una nueva idea, bastante particular.
Hay casos donde la mezcla de ideas es más natural y no estaría incluida como proyecto Frankenstein. Por ejemplo, cualquier unión de temáticas relacionadas, como puede ser la nutrición y el ejercicio, el ahorro y la inversión, la psicología y el desarrollo personal, supondría mezclar ideas que de algún modo tiene sentido que sean mezcladas.
La cosa se pone interesante cuando esta mezcla se compone de ideas que no tienen nada que ver. Por ejemplo, supón que existen dos temáticas que te apasionan, como podrían ser el fitness y la inversión. Desde luego son temáticas muy alejadas entre sí, y a priori, su mezcla parece que será cuanto menos, absurda. ¿Qué ocurre si lanzamos un proyecto que hable de ambas temáticas? ¿A quién podría interesar?
Hay gente para todo, y seguro que esa intersección tiene su público, aunque probablemente sea bastante menor que si nos centrásemos en solo una de las ideas.
En realidad, los proyectos Frankenstein no dejan de ser nichos. Muy especializados, aparentemente absurdos, pero nichos.
Imagina las posibilidades: Negocios que mezclan entrenamiento canino con cocina saludable, running con costura, edición de vídeo con aficionados del Betis… ¿entiendes ahora por qué se llaman Proyectos Frankenstein?
Podría surgirte la duda de cuantas ideas se pueden mezclar en este tipo de proyectos, a mi también. Yo te diría que más de dos elementos difuminan demasiado los intereses que podríamos tener en crear algo así (que veremos a continuación), pero aquí no hay reglas. Más que de cara a los demás y al posible éxito del proyecto, yo particularmente solo mezclaría dos ideas diferentes.
¿Por qué crear un Proyecto Frankenstein?
A priori, puede que la idea de crear un Proyecto Frankenstein no tenga buena pinta, puesto que va en contra de muchos principios de negocios habituales. Pero los tiempos cambian, y probar cosas diferentes hace cambiar el mundo, aunque solo sea el tuyo.
Veamos algunas de las razones por las que deberíamos crear un Proyecto Frankenstein:
- Desatasco de situación personal: Puede que estés paralizado ante la situación de no saber que opción elegir. No te acabas de decidir entre un par de opciones y parece que renunciar a una te duele demasiado. En principio te diría que no pasa nada por renunciar y elegir una de ellas, la que fuera, pero bueno, voy a suponer que eres demasiado cabezota y sigues empeñado en quererlo todo. Pues nada, el Proyecto Frankenstein permitirá a tu mente quedarse tranquila al no verse en la situación de tener que elegir. Si solo sirve, aunque sea para dar un paso adelante y lanzar tu negocio, la idea del Proyecto Frankenstein ya habrá merecido la pena.
- Disfrutar sin mayores pretensiones: A veces se nos olvida que estamos aquí para disfrutar, más allá de tratar de sacarle jugo económico a cualquier cosa. ¿Por qué lanzar un proyecto? Yo creo que el factor disfrute debería estar en el top, pero entiendo que esto ya es cosa de cada persona. Uno de los grandes errores que yo considero que se comente al comenzar un proyecto es el de obsesionarse desde el primer momento con la opción de monetizar, cuando este debería ser el último paso.
- Testear opciones: Los Proyectos Frankenstein son una excelente herramienta para tomar decisiones de elección entre varias ideas y pasiones, puesto que nos obligan a lanzarnos. Considero que cuando lanzamos un proyecto de este tipo, con el paso del tiempo, en muchas ocasiones empezaremos a sentir predilección por una de las vertientes del proyecto. Esto se debe a que hemos bajado al barro y trabajado de verdad con varias temáticas. Piensa que antes de haber creado nada simplemente pensamos en cómo sería crear un proyecto de X temática, pero hasta que no nos ponemos con ello, escribimos, aprendemos, nos peleamos, etc. no sabemos cómo es realmente.
Lo más probable es que este tipo de proyectos no lleguen lejos desde un punto de vista empresarial (ojo, que no siempre, ya que existen precedentes de éxito en estos casos). Pero no importa, ya que, si son capaces de hacernos disfrutar, aprender o saber que elegir, habrá merecido la pena.