Hacer frente al rechazo como emprendedores

Cuando haces cosas, pasan cosas, se suele decir. Una de esas cosas que te va a ocurrir antes o después es el rechazo. Al emprender y exponerte al mercado antes o después te tocará lidiar con este asunto que a tanta gente asusta. ¿Tan malo es que te rechacen? ¿Cómo podemos enfrentarnos al rechazo? Veamos algunos consejos.

El rechazo está en todas partes

Me sorprende lo poco que se habla del tema del rechazo a pesar de ser uno de esos temas que tanto tememos. En ningún sitio nos preparan para hacer frente a este tipo de situaciones, a pesar de que tendremos que pasar por ellas antes o después. De hecho, parece que se nos encamina a evitar este tipo de situaciones, como si el hecho de que alguien nos rechazase fuera algo malo.

El miedo al rechazo, y esto es ya opinión persona, es una de los mayores problemas a los que nos enfrentamos y por el cual no hacemos cosas. Yo mismo he pasado (y sigo pasando) por ese trance de no hacer ciertas cosas por el miedo a que nos digan que no.

Una cosa tengo clara. Si ninguna persona rechaza al menos una parte de lo que dices o haces… algo estás haciendo mal. Probablemente signifique que no estás arriesgando, que estás siguiendo el camino supuestamente correcto o que simplemente te dejas llevar por los deseos de los demás en vez de los propios.

Tampoco pretendo ponerme demasiado filosófico ni enrollarme más de la cuenta, así que vamos a reflexionar sobre algunos puntos para mejorar nuestro miedo al rechazo en el ámbito del emprendimiento:

No te lo tomes como algo personal: La famosa frase del padrino que decía “no es nada personal, son solo negocios” tenía bastante razón. Al emprender un proyecto nos exponemos a todo tipo de elementos, y no podemos pretender gustar a todo el mundo. Tienes que comprender que cuando alguien rechaza algo de tu proyecto no significa que te esté rechazando a ti, que te odio o que te considere “malo”, está refiriéndose al negocio como tal y a su encaje con sus necesidades. Ponte ahora en la piel del cliente y supón que necesitas los servicios de, por ejemplo, un diseñador web para rehacer tu página. Puede que te hayas interesado en un diseñador, le hayas preguntado por sus precios, sus tiempos de entrega o cualquier cosa, y simplemente no encaja con lo que buscas. Al decirle que no estás interesado finalmente, no significa que tengas algo contra esa persona a nivel personal (valga la redundancia), simplemente su oferta no encaja con tu demanda. Debemos aprender a separar bien los conceptos del negocio para no tomarnos este tipo de cosas como ataques personales. Y lo mismo te digo cuando eres tu quien tiene que rechazar alguna oferta. Muchas veces titubeamos demasiado e incluso aceptamos cosas que no nos gustan por miedo a herir los sentimientos de la otra persona. De nuevo, hay que aprender a separar conceptos para no llevarnos estos chascos.

No trates de evitarlo: El rechazo va a llegar y más te vale que así sea. Tratar de evitar el rechazo puede ser un gran error, porque significa que estarás intentando agradar a todo el mundo tomando acciones acordes a pensamientos establecidos. Acostumbrarnos al rechazo puede ser una buena práctica para fortalecer nuestro carácter. De hecho, creo que sería un buen ejercicio la propia búsqueda del rechazo. Seguro que tienes algo pendiente que no te acabas de lanzar a hacer por este asunto. ¿Por qué no exponerse para empezar a curtirte en la batalla? Recuerda que no es personal.

Está fuera de tu control: Muchas veces nos obcecamos en controlar la posibilidad de que no nos rechacen, cuando es algo que está totalmente fuera de nuestro control: En la vida podemos dividir los eventos que ocurren en ella en aquellos que controlamos y en los que no controlamos. Las opiniones de la gente junto con sus aprobaciones o rechazos es algo que se nos escapa completamente, por lo que intentar ejercer algún tipo de dominio sobre ello es algo totalmente absurdo. Esto que te acabo de contar suena muy “estoico”, y así es. Te recomiendo que indagues sobre el estoicismo para aplicarlo en tu vida y en tus proyectos, ya que creo que su filosofía puede ser de gran ayuda.

Aprovecha los rechazos como aprendizajes: Algo que antes nos podría parecer como desagradable resulta que ahora puede ser una fuente de aprendizaje maravillosa. Te acabo de hablar sobre las cosas que controlamos y las que no controlamos, y el hecho de como nos tomemos los rechazos es algo que está enteramente bajo nuestra mano. Ante un rechazo podemos ponernos a llorar, maldecir o simplemente venirnos abajo… pero si somos listos podremos aprender mucho de ellos. En cualquier caso, estará bajo nuestro completo control.

Si decidimos aprender de ellos, podremos seguir varias estrategias. La opción de preguntar a un cliente el porqué de su negativa posiblemente sea la más interesante a la hora de conseguir información de calidad. Sé que puede dar un poco de “miedo”, pero ya hemos quedado que aquí hemos venido a superar esto del rechazo y que no se trata de nada personal, así que menos timidez y más preguntar. Este tipo de feedback suele ser oro puro, así que intenta conseguirlo siempre.

Si no podemos obtener una respuesta del cliente tocará reflexionar: ¿Mi propuesta es lo suficientemente buena? ¿Era indicada para ese tipo de cliente? No debemos ver a los rechazos como fracasos, sino como oportunidades de mejorar nuestro proyecto.

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