Hoy admito que no voy a descubrirte nada nuevo. Lo que pretendo es remover tanto tu conciencia como la mía recordándote cuales son algunos de los mayores pecados que cometemos al emprender para tratar de remover nuestras consciencias e intentar superarlos, vamos con ellos:
Parálisis: la parálisis es una situación que puede aparecer en prácticamente cualquier fase de nuestros proyectos. Parálisis a la hora de planear, parálisis a la hora de ejecutar e incluso parálisis después de haber hecho cualquier acción no dejando reacción ante los posibles resultados. Esta parálisis puede ser causada por todo tipo de limitaciones. La más común es la parálisis por la búsqueda de perfecto imposible. Tratamos de que se reúnan a la vez el momento ideal, la capacidad económica, que no haya competencia… por pedir, que no quede. Lo peor es que en muchos casos sabemos que estamos buscando un imposible y aún así seguimos adelante. Para evitar esto, lo mejor es establecer fechas límite para tomar acción, sea como sea, y luego analizar los resultados.
Comparación con otros: Cuando empezamos un proyecto sabemos quiénes son los “peces gordos de la industria”. Puede que lleven años y acumulen grandes conocimientos y experiencia, y aún así queremos compararnos con ellos. De nada sirve hacer ese tipo de comparaciones porque se tratan de situaciones completamente diferentes.
Compárate solo contigo mismo, con el yo de ayer, con el yo de hace un mes y observa la evolución. Ahí si encontrarás información valiosa.
En el caso de que te resulte absolutamente imposible evitar estar comparaciones con otros, enfócate al menos en qué podrías aprender de esa persona en vez de tratar de competir con ella.
Impaciencia: La falta de paciencia y el emprendimiento no suelen hacer buenas migas. Ya sé que vivimos en una época donde lo queremos todo y lo queremos ya, pero el mundo de los negocios no funciona así. Evidentemente hay que testear el mercado para evitar un derroche innecesario de recursos, pero los proyectos tardan en dar sus frutos, la mayoría de las veces más de lo que el emprendedor está dispuesto a esperar. Bueno, más que esperar, lo que hay que hacer es seguir “pico y pala”, ese es el “truco”. Puede ser desmotivante estar meses trabajando sin ver llegar los resultados esperados, pero una de las claves de éxito de los negocios es precisamente esa fase de “pico y pala”. Cada día de trabajo estará añadiendo un ladrillo a tu futuro muro del éxito, pero ese muro no lo vas a levantar de la noche a la mañana, tenlo en cuenta.
Yoismo: Ya sea por falta de recursos, por temor a delegar o por cuestiones del ego, en muchas ocasiones tendemos a pensar que debemos hacerlo todo nosotros y ser expertos en cientos de áreas diferentes. Hay vida más allá del “yo” y es necesario que la vivas. Delega cuando lo necesites y no trates de aprender a hacer todo. Si, está bien que conozcas otras ramas que no sean el core de tu negocio, pero no es sostenible que pretendas hacer tu todo. Imagínate el caso de alguien que necesita desarrollar una App para su negocio y en vez de delegarla pretende él mismo aprender a hacerla. Después necesita maquetar un video profesional y nada, se pone a hacer un curso. También necesita un logo nuevo, por lo que compra un curso de ilustración, otro del programa Illustrator y así sucesivamente. Que si, que aprender nos gusta mucho, pero hay que saber identificar esos momentos en los que simplemente necesitas delegar en otra persona y no tratar de salvar el mundo por ti mismo.
Intentar ser una imitación: No sé si es por cuestiones de complejo, por compararse con los demás o por alguna otra razón que se me escapa, pero a muchos emprendedores faltos de una voz propia. Puede parecer un tema poco importante, pero intentar ser quien no eres es un plan que no va a sostenerte a largo plazo. ¿Por qué no contar las cosas a tu manera? Aunque no sea perfecto no importa, la cuestión es que te muestres auténtico, sin intentar fingir quien no eres. Últimamente lo que más observo es la batalla por mostrar éxito. Parece que si eres emprendedor debes tener una vida perfecta, donde todo lo que haces es puro acierto y no hay lugar para fracasos. ¿Por qué no muestras tu verdad y ya está?
No es un trabajo, es un estilo de vida: Quizá este punto de vista sea más personal, pero creo que es interesante igualmente reflexionar sobre él. El emprendimiento va más allá de ser un simple trabajo. Es algo más profundo que te atrapará, para bien y para mal, el resto de tus horas del día. El difícil romper esa barrera que supuestamente debería separar trabajo de vida personal. Aquí ya es decisión de cada uno según sus pretensiones, pero yo no veo como algo negativo el hecho de que tu proyecto te atrape. Si, ya sé que hay que desconectar, dar también prioridad a otro tipo de cosas… pero cuando tu proyecto te llena tanto que no puedes dejar de pensar en seguir mejorándolo… es una sensación que mola. Separar tu proyecto en algo tipo “trabajo de 9 a 5” creo que es complicado, ya que no es un trabajo como tal, va más allá.
Apuntar bajo: Estoy viendo muchos casos de emprendedores por necesidad, emprendedores conformistas, emprendedores a los que les vale hacer lo mínimo. Esto es como salir a jugar un partido a no perder. Puede que pierdas o puede que no, pero lo que nunca harás es ganar con esta mentalidad. Es como en un examen. Si vas a por el 5 igual lo consigues, aunque es probable que suspendas. Si estudias con el objetivo de sacar un 10, si no lo logras seguramente consigas una buena nota de igual forma.