Cómo ampliar tu negocio (si te interesa)

Estamos bombardeados con la constante idea de que nuestros negocios deben hacerse más y más grandes, como si fuera la única medida del éxito. ¿De verdad siempre es necesario? Y si fuera nuestro caso, ¿cual sería la mejor forma de comenzar con el proceso de crecimiento? Veamos cómo lidiar con estas situaciones.

El crecimiento impuesto

Hoy en día parece que es “pecado” que un empresario mantenga su proyecto pequeño, sin aumentar personal, simplemente siendo un autónomo que hace lo que le gusta. 

Aquí también podríamos englobar la imposición de los negocios escalables, de los que hablé en otro episodio.

En su día comenté también las ventajas que tenía ser pequeño en el mundo empresarial, y hoy me gustaría hablarte sobre la posibilidad de que tu negocio de amplíe, solo si estás en el caso de que así lo sientes, nunca por imposición.

No amplíes tu negocio en estas situaciones

Si te encuentras bajo alguna de las siguientes situaciones, puede que lo de ampliar tu negocio no sea una buena idea o simplemente no tenga sentido en tu caso. Repasémoslas:

Contento con tu situación actual: Supongamos que eres un autónomo al que le gusta lo que hace, trabaja las horas que quiere y gana una cantidad suficiente de dinero. Si estás en una situación en la que estás contento cómo estás y ampliar tu negocio supone alterar tu situación de tranquilidad, simplemente no lo hagas. Ojo, que esto no quiere decir que te duermas en los laureles y hagas siempre lo mismo. Dentro de tu pequeño mundo debes seguir aprendiendo, innovando y mejorando para precisamente poder mantener esa situación en el futuro. Que no crezcas en tamaño no quiere decir que no mejores tu negocio.

No te gusta delegar: Delegar tareas es algo muy complicado y no es para todo el mundo. Muchas gente es reticente a que otra persona haga algo que él sabría hacer mejor, y simplemente no les gusta este tipo de situaciones. Si no te gusta delegar y vas a acabar haciéndolo todo tu, no sufras más y no lo hagas. Tampoco tienes de qué preocuparte ya que no es algo malo de por sí. Lo que te decía, si estás contento siendo pequeño y haciéndolo todo tu, no te veas forzado a ponerte en una situación en la que vas a perder ese estado de tranquilidad.

Has alcanzado tu éxito: Mucho se habla sobre el éxito y normalmente la gente se refiere a él en términos muy genéricos que pueden no encajar con todo el mundo. Aquí lo que importa es lo que tú consideres éxito, y no lo que marque la sociedad. Si para ti, por ejemplo, trabajar 10 horas al día en un proyecto que te apasiona, para acabar ganando 1.000 € al mes te parece una situación que no cambiarías por nada, ¿quien es nadie para decirte lo contrario? No creo que debamos medir el éxito basándonos en los términos generales establecidos socialmente, como podrían ser ganar mucho dinero trabajando poco, tener un coche de alta gama, etc. Al final eres tú quien determina que es para ti tu éxito.

Comenzando a crecer

Bien, pongámonos ahora en la situación de que has decidido que crecer si es para ti y que quieres probar. ¿Cuál sería el primer paso? Contratar a alguien que nos ayude en nuestras tareas. ¿Y cual es la mejor forma de contratar a alguien? Veamos que opciones tenemos para comenzar:

Freelance Vs Contratación a jornada completa

Estás en la situación del comienzo del crecimiento, y lo más importante es esta fase es ir despacio y probando en “pequeñito”. Lo mejor que puedes hacer es contratar los servicios de un freelance para realizar algún tipo de tarea concreta (algo, por ejemplo, que no te guste demasiado hacer o no se te dé demasiado bien). Esta opción te servirá para probarte a ti mismo en la situación de delegar tareas y poder saber mejor si te sientes a gusto haciéndolo.

Lo que no te recomiendo es que empieces contratando a alguien a la antigua usanza, vamos, como empleado, y menos a jornada completa. Aún estamos en fase de pruebas y esta última opción conlleva un mayor riesgo, ya que implica unos mayores costes en todos los sentidos.

La importancia del compromiso

Lo que te voy a contar ahora es más abstracto y difícil de conseguir, pero no por ello deja de ser importante. Sería interesante que la persona a la que contrates, ya sea como freelance o como empleado, se alinee con tus valores y tenga una visión más allá del trabajo a cambio de dinero.

Según el estudio State of Employee Engagement, el 38 % de los trabajadores del mundo no sienten que sus valores personales estén alineados con los de su empresa.

Esto es una situación grave, porque un trabajador así perderá pronto el interés en el trabajo, no será todo lo productivo que podría ser, generará clientes descontentos… y todo repercutirá negativamente en tu proyecto. De ahí la importancia de esos primeros pasos en “pequeño” y se no querer avanzar demasiado deprisa en los comienzo.

En búsqueda del largo plazo

Otra cosa que debemos tener en cuenta es que formar a alguien es algo muy costoso, tanto en tiempo como en dinero. Un emprendedor “de lo buenos” no buscará un empleado de “usar y tirar”, sino alguien con el que pueda comenzar un camino sin limites

La alternativa del socio

La última alternativa que te traigo hoy para comenzar a crecer es la siempre complicada búsqueda de socio. Este es un proceso treméndamente complicado, ya que dar con la persona ideal no es tarea fácil. Hay que tener en cuenta aspectos tales como si es familiar, amigo o alguien externo, la realización de un pacto de socios, o lo que es lo mismo, dejar constancia por escrito de las implicaciones de cada uno… un serie de casi ilimitadas características a tener en cuenta. Podría dedicarle un episodio solo a este tema, pero como tips rápidos, te recomendaría que buscaras a alguien complementario (vamos, que no sea un clon tuyo, sino que aporte otra serie de valores), que dejes cualquier asunto atado por escrito, y a mayores, sería ideal que hubierais colaborado o trabajado en algún proyecto juntos para saber como funcionáis.

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