Cada día nacen un número impresionante de nuevas empresas o startups que pretenden revolucionar el mundo. La realidad es que una mayoría aplastante no llegará a buen puerto y terminará hundiéndose más pronto que tarde. ¿Cual es el factor principal del éxito de una startup?
El otro día me encontré por casualidad con un video en YouTube que hablaba sobre cuál era el motivo de éxito de las startups. Particularmente, no creo que haya una fórmula mágica o un ingrediente secreto que te asegure el éxito de nada. Más bien considero que existen una serie de factores, algunos controlable y otros no, que acaban contribuyendo al posible éxito.
De igual manera, me resultó interesante y creo que puede aportar valor si la comparto contigo.
La charla la daba Bill Gross, un emprendedor que ha llevado a cabo decenas de proyectos empresariales y acumula numerosos éxitos y fracasos dentro del mundo emprendedor, así que qué menos que escuchar sus consejos.
Bill ha tratado de llevar a cabo una investigación para saber tanto que factores son los que más cuentan para el éxito de las startups así como los que más influyen en su fracaso.
En primer lugar, tomó los elementos que, a través de su experiencia, eran los que más importancia podían tener a la hora de crear una startup de éxito.
Estos elementos eran la idea, el equipo, el modelo de negocio, la financiación y el timing.
Bill se puso a estudiar la incidencia de estos cinco factores tanto en empresas de su grupo empresarial como en empresas externas, 100 de cada grupo.
Estableció puntuaciones para cada elemento aplicandolo en cada empresa, ya fuera una startup de éxito como de fracaso.
Una vez puntuados todos los factores de las 200 compañías, los resultados fueron un tanto sorprendentes.
El factor más relevante para el éxito de una startup era el timing, o lo que es lo mismo, el hecho de lanzar el proyecto en el momento justo en el que el mercado está preparado y demandando algo así.
La ejecución del proyecto con el equipo fue el segundo factor más relevante y, la idea, que en un principio pudiera parecer el factor que más influyente, aparece en tercer lugar.
Los dos últimos factores en importancia, el modelo de negocio y la financiación, sí parecen tener más sentido en cuanto a la posición que ocupan en importancia, ya que pueden agregarse después si el proyecto va teniendo demanda.
Tenemos un par de ejemplos que demuestran la importancia del timing. El primer caso sería el de Airbnb. Muchos inversores dejaron pasar la oportunidad de invertir en esta empresa porque en su momento pensaban que nadie en su sano juicio iba a alquilar un espacio en la casa de un desconocido. Una de las claves del éxito de Airbnb fue el timing perfecto de su lanzamiento, ya que Airbnb surgió en plena recesión económica, cuando la gente más necesitaba conseguir un dinero extra. Y exactamente lo mismo sucedió con Uber, de nuevo el momento perfecto en el que la gente necesitaba conseguir un extra de forma accionable y sencilla.
Bill también nos cuenta como vivió el efecto del timing en sus propias carnes, en su caso con su empresa llamada Z.com.
Esta empresa ofrecía un servicio de video online basado en el entretenimiento. Tenían incluso acuerdos con Hollywood para ofrecer ciertos contenidos. ¿Por qué fracasó? Pues de nuevo, por el timing, y es que Z.com fue lanzada en 1998, momento en el que ver un vídeo online era muy complicado, tanto por el tema de la velocidad de internet como por el software necesario. Acabaron cerrando en 2003.
Más tarde, en el año 2005, momento en el cual la banda ancho había penetrado en el mercado con fuerza y los problemas de software de vídeo se habían solucionado, aparece YouTube, que ni siquiera tenía un modelo de negocio, pero ya sabemos como acaba la historia.
Desde luego el timing ha demostrado ser un elemento clave para el éxito de las startups, aunque eso si, no deja de ser un ingrediente más en esta compleja receta que es el éxito en los negocios.
No creo que nadie tenga la fórmula, pero si que podemos ir replicando ingredientes que otros han utilizado con éxito para tratar de lograr nuestra propia receta.