Tres errores tontos que comenten los nuevos emprendedores

El otro día leí un artículo sobre los tres errores clásicos que cometen los emprendedores novatos, así que si te parece vamos a comentarlo.

Y si, parece que es bastante normal, sobre todo en los comienzos, cometer errores tontos que pueden acabar con el negocio incluso antes de que haya despegado.

La cuestión es que estos errores se comenten no por falta de inteligencia o incluso tampoco por falta de experiencia. El problema radica en que son los propios emprendedores los que no detectan estos problemas como problemas, y entonces permiten que sigan existiendo poniendo en grave peligro su negocio.

Vamos allá con estos tres problemas y sus posibles soluciones.

Problema número uno: Superficialidad

Parece que vivimos en un mundo donde las apariencias y lo superficial son lo que se impone, y cada vez se está dejando más de lado detalles tan importantes como la satisfacción del consumidor, la atención al detalle, etc.

Podemos ver cómo son cada vez más las empresas que parece que tienen su enfoque en “construir y vender rápido”, dando lugar a pésimas experiencias de compra y a productos bastante mediocres. ¿Cual es la solución para mejorar en este apartado? Aquí van algunos trucos:

  • Obsesión por el cliente: Recuerda que tu negocio está para satisfacer las necesidades de tus consumidores, así que ten siempre en mente como poder mejorar aún más su experiencia en base a mejorar tus productos o servicios.
  • Atención al detalle: Antes de lanzar un producto al mercado asegúrate al detalle de que cumple con unas características mínimas. No lances nada hasta conseguir un estándar de calidad adecuado.
  • Sigue aprendiendo: Al final el conocimiento es la cura para la superficialidad. No pares de aprender nunca para satisfacer a tus clientes a medida que sus necesidades varíen. Recuerda que estamos en un mundo cada vez más cambiante, por lo que el mantenerte aprendiendo constantemente no es un capricho, es una obligación.

Para superar esta fase de superficialidad será necesario un cambio en tu mentalidad. Recuerda que la práctica es la que hace al maestro, así que no desistas y continúa adquiriendo el hábito.

Problema número dos: Querer ser el hombre orquesta

Aquí uno de los clásicos por los que todo emprendedor ha pasado. Comienzas tu negocio y ofreces todo tipo de servicios, aunque ni siquiera tengan que ver con tu actividad.

Se ve mucho en el mundillo de los servicios online. Siempre se encuentran los típicos emprendedores que lo mismo te hacen una web, te llevan la contabilidad y si se lo pides, hasta te irán a cocinar a casa.

Recuerda que como nuevo emprendedor, lo que necesitas es credibilidad, no dinero (el dinero será la consecuencia de esa credibilidad). Si te centras en una actividad concreta y te especializas y mejoras en ella, serás visto como un referente dentro de esa actividad y ahí será cuando comience tu despegue.

Problema número tres: Los pequeños detalles

Cuando se empieza un negocio, muchos emprendedores no prestan atención en solucionar esos pequeños detalles que parece que no molestan demasiado, pero que en el futuro pueden traer muchos problemas.

Desde links que no funcionan hasta comentarios negativos sobre nuestros productos: todos estos detalles deben cuidarse al máximo, ya que todo gran problema comienza siendo uno más pequeño.

Ponte las pilas y no dejes nada al descubierto. Si tienes algún error en la web encargarte de solucionarlo ya, presta atención a todo lo que dicen tus usuarios y no seas prepotente.

Cierto es que estos pequeños detalles pueden hacerte más daño que beneficio, pero más te vale estar ahí presente para evitar que se conviertan en bolas de nieve gigantes que arrasen con todo.

Una vez vistos estos tres problemas considero que tampoco debemos llevarlos a los extremos, me explico: Es cierto que no debemos ser unos dejados y crear productos que no cumplan ciertas características mínimas, pero creo que no debemos tampoco caer en la trampa del perfeccionismo, ya que nos puede llevar a una situación de parálisis por análisis y no acabar de arrancar nunca con el proyecto. Recuerda que la perfección no existe, por lo que no pierdas el tiempo buscándola.

Respecto al caso del hombre orquesta…te diría que creo que es un error que todo emprendedor DEBE cometer. Verse en esa situación de ofrecer servicios a tutiplén es interesante para descubrir qué es lo que no quieres hacer y cual es el aspecto en el que te gustaría especializarte, por lo que yo lo veo como un error que te va a traer muchísimo aprendizaje.

Por último, respecto a prestar atención a los pequeños detalles, te comentaré que igual que en el primer caso, no debemos caer en la trampa de la búsqueda de la perfección. Si, hay que intentar que todo esté como debe de estar, pero ¿hasta qué punto? Siempre habrá algún detalle que se nos escape, por lo que está bien que intentes dar lo mejor de tí, pero SIEMPRE habrá algo que se nos escapa. Al fin y al cabo no somos perfectos, somos humanos 🙂

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