Hoy vengo a hablarte sobre un tema muy interesante y sobre el que merece la pena reflexionar, puesto que el poder que tienen las palancas en los proyectos puede ser la clave para ir al estrellato, si es lo que estabas buscando.
Entre todos los gurús que se mueven por los mundos de internet hay uno que, al menos para mí, es de los pocos que pueden llevar ese título con orgullo y con la cabeza bien alta, aunque dudo mucho que le importe.
Se trata de Naval Ravikant, más conocido como Naval (“a secas), un personaje difícil de encuadrar en algo en concreto, y quizá por eso es que me gusta tanto.
Por definirlo de alguna forma, diría que es un emprendedor que invierte y filosofa, aparte de que parece tener las cosas muy claras respecto a temas tan importantes como la felicidad y la buena vida.
El caso es que el bueno de Naval tiene muchas pepitas de oro en su cabeza y de cuando en cuando las va soltando a través de diversos medios.
Eric Jorgenson, otro avispado emprendedor, tuvo la genial idea de recopilar en un libro los conocimientos que Naval iba soltando, y resulta que le ha quedado una obra que está siendo bastante aplaudida.
Se titula The Almanack of Naval Ravikant: A Guide to Wealth and Happiness, por si quieres echarle un vistazo. Desde luego, está en mi lista de libros pendientes, y por su precio (no llega ni a 2 €) es una compra obligada.
Volviendo al tema de las palancas, Eric publicó hace poco un tweet en el que explicaba el modelo de apalancamiento que Naval había acuñado en su día, y la cuestión es que me pareció tan interesante que no he podido evitar compartirlo contigo.
Para empezar, habría que definir qué son las palancas, y aquí la respuesta es fácil: son multiplicadores de fuerza.
Utilizando palancas una persona puede conseguir decenas, cientos o incluso millones de veces lo que no conseguiría por sí mismo.
La magia de las palancas es que multiplican los resultados de nuestros esfuerzos, habilidades, conocimientos o cualquier otro elemento que se te ocurra.
Por ejemplo, ¿Podrías levantar por ti mismo una roca que pesa 360 kg? Con una palanca de 5 metros, sería posible.
¿Podrías ganar 50.000 € al año sin trabajar? Sí, si es que tienes un millón de euros.
¿Podrías conseguir que 100.000 personas leyesen un tweet? Igual con 100 retweets, sí.
Y es que el tema de las palancas ya nos lo explicaban en el colegio, otra cosa es que estuviésemos atentos o le viésemos aplicaciones prácticas más allá de aprobar el examen.
Al final, una palanca es una especie de barra colocada sobre un pivote que se utiliza como ayuda para mover una carga.
Por eso cuando hablamos de apalancamiento nos referimos a usar algo para obtener una ventaja y multiplicar sus efectos.
Quizá te suene haber escuchado el tema del apalancamiento en el mundo financiero, que vendría a ser la posibilidad de utilizar deuda en una inversión a modo de ventaja, pero hoy no quiero meterme por esos caminos.
Si aplicamos el tema del apalancamiento de forma genérica, podríamos ver que existen cuatro modelos de palancas:
Herramientas: Las herramientas ayudan a las personas a lograr más cosas. Un individuo con ciertas capacidades y con las herramientas adecuadas sería capaz de construir una casa o talar un bosque entero. Si te fijas, nosotros utilizamos herramientas con un potencial enorme cada día, como por ejemplo un smartphone, un ordenador, un coche…
Gente: La cooperación entre personas da lugar a otra palanca con mucho potencial. Si damos con alguien al que podamos comunicar de forma clara un proceso además de alinear nuestros intereses podremos lograr hitos que por nosotros mismos serían imposibles de alcanzar. Supongo que aquí es donde cobra sentido la famosa frase de “si quieres ir rápido camina solo, pero si quieres llegar lejos ve acompañado”. En esta palanca se incluirían los empleados, socios, agencias, seguidores, etc.
Capital (dinero): Una misma decisión de inversión añadiéndole 10 veces más capital devolvería 10 veces los resultados, así que poco más que decir. Este capital si que podría ser reinvertido en otras formas de apalancamiento, ya sean personas, herramientas o productos.
Productos digitales: La magia de los productos digitales es que se crean una vez y pueden alcanzar a un número infinito de clientes. Podríamos incluir software, cursos, libros, podcast…
Esta palanca es bastante novedosa y es la que mayores retornos puede dar.
Al final, cada modelo de palanca tiene sus márgenes, límites máximos, costes de mantenimiento y todo tipo de características que rinden a diferente ritmo.
Con todo esto, nos encontramos a gente que juega en ligas diferentes al construir, cultivar y reinvertir en palancas, puesto que los resultados que ofrecen son impresionantes.
Para que te hagas una imagen mental con niveles de apalancamiento ahí va un ejemplo:
- Leñador sin herramientas
- Leñador con un hacha
- Leñador con una motosierra y un amigo
- Leñador con un equipo de trabajo, varias motosierras y máquinas para llevar los troncos.
¿Quién crees que logrará obtener un mayor impacto?
Y hasta aquí el tema de las palancas. Creo que es un tema muy interesante y en el que vale la pena reflexionar al pensar en nuevos proyectos para intentar lograr sacarles mayor jugo.
El potencial de las palancas es impresionante y cada vez vemos más ejemplos en el mundo online, con empresas formadas por una única persona o un grupo muy pequeño capaces de generar un impacto brutal.