¡Muy buenos días! Primer viernes del año en el que volvemos a la carga con la sección “Negocios en Directo”, ya sabes, momentos más filosóficos, aunque siempre relacionados con el mundillo del emprendimiento.
Y como ves, he comenzado el año con mal pie. Con esto me refiero a que es día 3 y este está siendo el primer episodio de 2020, habiéndome saltado los episodios del miércoles y jueves.
He estado un poco malo estos días y me ha sido imposible grabar. Ya a principios de semana me costo lo mío y tuve que hacer muchas pausas durante la grabación. Esto me ha hecho reflexionar sobre el tema de hasta que punto es bueno “forzar la maquinaria” para sacar los planes adelante.
Creo que, antes de nada, es bueno tener preparado un plan de contingencia para cuando suceden los imprevistos, que antes o después siempre acaban llegando. Si, como en mi caso, haces un podcast diario o publicas en un blog, una buena idea sería tener guardado algún episodio o artículo especial para sacar en estas situaciones.
Una idea aún mejor sería la de llevar bastante trabajo adelantado. En mi caso sería, por ejemplo, ir con una semana de adelanto en las grabaciones.
En cualquier caso, no ha pasado nada, aunque si que me da cierta “rabia” no haber cumplido con el episodio diario.
Y cambiando de tema, estoy tratando de deshacerme de esos ladrones de tiempo de los que te he hablado ya en otras ocasiones. Me refiero a las típicas situaciones donde derrochamos pequeñas cantidades de tiempo pero que acumuladas pueden suponer muchísimo.
Me he descubierto a mi mismo últimamente perdiendo el tiempo con historias de Instagram. No he borrado la aplicación porque tengo fe de que empezaré a usarla pronto para algún proyecto, pero creo que es un arma de destrucción de tiempo masiva si no se utiliza con cuidado. También está YouTube, otra red social que puede ser muy útil para aprender… pero su lado oscuro puede atraparte durante horas. En ambas redes he dejado de seguir a usuarios que creo que no me aportaban nada interesante, y de momento no me va mal. Te recomiendo que, si te detectas a ti mismo perdiendo el tiempo en alguna red social o web, tomes cartas en el asunto.
Estoy aprovechando este nuevo tiempo libre en formación. De nuevo me estoy enganchando a aprender cosas demasiado distintas, y eso me genera un poco de frustración porque quiero aprender de todo y mucho, y la vida no da para tanto.
Sigo adelante con mi plan de leer un libro por semana. Ahora mismo acabo de empezar “El sutil arte de que (casi todo) te importe una mierda” y me está gustando. Estoy pensando como aprovechar todas estas lecturas y cursos de cierta manera, y creo que podía ser interesante el hecho de volcar estos conocimientos en la plataforma para emprendedores que aún sigue en mi cabeza (Emprendemia, recuerda).
Me está ocurriendo una cosa curiosa con el tema de los cursos y libros. No sé si es que soy muy exigente o que he visto y leído demasiado sobre ciertas temáticas, pero es que últimamente acabo un poco decepcionado con este tipo de contenido. No sé, es como si me esperase más de estos cursos y libros. Creo que la culpa es más bien mía por el tema de ser muy exigente, y el problema es que esta exigencia también me la aplico a mi mismo, y por lo tanto muchas cosas que tengo en mente no salen a la luz porque no las considero lo suficientemente buenas. Llámalo Síndrome del Impostor, perfeccionismo… pero es un problema serio que me gustaría superar. Y creo que la forma de hacerlo es haciendo más, sin miedo a equivocarme.
También sigo empeñado en mejorar mi productividad, y algo en lo que se me va mucho tiempo es en escribir emails y algunos textos que siempre son iguales. Creo que ya te he mencionado en algún episodio los programas que sirven para guardar ciertos textos prefijados y llamarles con una serie de comandos. Por ejemplo, he creado el comando “podcast” para que, cada vez que escriba las notas del episodio, las frases que siempre se repiten aparezcan de forma automática. Hay muchos programas de este tipo, algunos gratis, otros de pago… pero yo actualmente estoy usando “Atext” (de momento gratuito en Windows) y me está gustando bastante. Te recomiendo que lo pruebes.
Y ya que estamos con recomendaciones te voy a hablar de un blog que estoy seguro de que te gustará. El algún episodio anterior te recomendé el podcast de “Una vida a tu medida”. Este programa nace dentro del blog “Vivir al máximo”, de Ángel Alegre. Puede que ya lo conozcas, pero por si acaso, te lo dejo en las notas del programa.
Y para ir terminando, aprovechando que me he hecho un curso sobre YouTube, me voy a poner un reto públicamente, a ver si así cumplo. Me gustaría que este mes publicase mi primer vídeo del canal, que al final creo que es el más complicado, porque hay que ver como cuesta dar ese primer paso. Estoy buscando algún posible castigo si no cumplo con mi promesa, pero no se me ocurre nada. Si se te ocurre algo, pónmelo en los comentarios de iVoox o escríbeme un email.
Por cierto, un saludo a Martiniano, que está “a tope” con los comentarios y los emails. Muchas gracias por tu tiempo.
Y creo que hasta aquí este episodio de retorno tras este mini-parón.