No hay duda de que la economía colaborativa ha venido para quedarse y está cambiando los modelos de negocio de formas increíbles y cada vez más imaginativas.
Si andas un poco perdido, que sepas que la economía colaborativa se basa en alquilar, vender, comprar, intercambiar o incluso regalar todo tipo de bienes o servicios, desde un punto de vista más allá del beneficio económico.
El ejemplo más clásico de economía colaborativa sería el de Airbnb, donde los propietarios de viviendas alquilan habitaciones o incluso la casa completa a huéspedes que necesiten alojarse en un lugar concreto, introduciendo así un nuevo modelo disruptivo que ha creado nuevos caminos en el negocio de la hostelería.
La economía colaborativa está llegando a todos los ámbitos (próximamente dedicaré un artículo completo al análisis de los diferentes modelos de negocio que existen), y como no, el sector de la alimentación no iba a quedarse al margen, y ya podemos ver como negocios basados en compartir comida se están haciendo un hueco importante en el sector.
La comida mueve el mundo
Si hay algo imprescindible para los humanos sin lo que no podemos vivir en la comida (de momento no podemos alimentarnos del aire que respiramos, dadle tiempo). Todos tenemos que pasar por el aro de comer para poder vivir, y si lo quisiéramos ver desde un punto de vista únicamente de negocio, estariamos ante un modelo de consumo recurrente.
Ante esta necesidad tan importante, hay una industria detrás con un tamaño descomunal.
En España, el pasado año el sector de la alimentación facturó casi 100.000 millones de euros, ¡casi nada!
Hay muchos agentes involucrados en el sector, desde productores, intermediarios, restaurantes, supermercados, etc. pero con las nuevas corrientes colaborativas han llegado nuevos modelos de negocio para crear nuevas oportunidades en el sector, veamos algunos de los más importantes.
Modelos de negocio basados en compartir comida
Olio → Sassha y Tessa, las creadoras de la plataforma, encontraron un necesidad no cubierta por el mercado. Al tener que mudarse, se dieron cuenta de que tenían un montón de comida que no se podían llevar. La aplicación Olio se basa en compartir comida sobrante ya sea entre particulares o incluso involucrando a negocios locales, de forma que no se desperdicie nada. Ya cuenta con más de 300.000 usuarios que comparten comida entre sus vecinos y parece que las cifras no van a parar de aumentar.
Más que un negocio en sí (los usuarios no se lucran compartiendo comida) es una forma de evitar derrochar recursos, además del beneficio social que proporciona el hecho de compartir comida en tu comunidad. De momento solo está disponible en Reino Unido.
Gustoo → Esta vez no tendremos que salir de nuestras fronteras para encontrar una revolucionaria aplicación en este mundillo de la economía colaborativa de la alimentación, ya que Gustoo ha sido creada por un grupo de emprendedores de Barcelona.
Esta aplicación permite vender comida, de forma que dándote de alta como chef en la aplicación podrás recibir encargos de todo tipo de clientes.
Como Chef, puedes enviar a la aplicación tus propuestas de menú, pero también está la opción para los compradores de poder pedir lo que deseen, pudiendo llegar a un acuerdo con ellos creando algo más personalizado.
VizEat → En esta ocasión, la experiencia de compartir comida se ve bastante ampliada, ya que además compartiremos plato con los anfitriones. VizEat ofrece una plataforma basada en la experiencia, y está especialmente enfocada al turismo. Como anfitriones, podremos poner precio a nuestro menú, y los comensales podrán puntuar la experiencia vivida. Es una gran opción para aquellos que busquen conocer ciudades desde otro punto de vista, ya que sirve para conocer a gente local que pueden ser de gran ayuda para vivir la cultura del lugar que visiten desde un punto de vista más personal.
TooGoodToGo → Fundada en Dinamarca por un grupo de amigos, TooGoodToGo ofrece sus servicios de compartir comida en 6 países (aunque aún no ha llegado a España).
Esta aplicación es muy completa, ya que ofrece la posibilidad a tiendas, restaurantes y comercios de restauración de vender en la aplicación comida sobrante a precio reducido, de forma que todas las partes se benefician: Los comercios obtienen beneficios de productos que iban a desechar, los clientes obtienen comida a un coste realmente bajo y el mundo en general se beneficia del no desperdicio de un bien tan preciado como lo es la comida.
Retos por superar
Hemos visto solo algunos modelos de negocio basados en compartir comida de los muchos que existen, ya que nos podemos encontrar con decenas de aplicaciones similares en el mundo, con mayor o menor éxito.
Nos queda claro que nos encontramos en un mercado al alza, aunque aún queda mucho trabajo por hacer en algunas cuestiones tan importantes como las siguientes:
- Legalidad: Existe un vacío legal en este ámbito que tarde o temprano deberá ser afrontado por las administraciones. ¿Cómo se supone que se han de facturar este tipo de servicios de compartir comida?¿Se puede vender algo que has cocinado en tu propia cocina, ajena a cualquier registro sanitario? Sin duda, cuando este tipo de servicios cojan cierta fuerza aparecerá la mano de nuestra querida amiga la administración para prohibirlo, como ya está pasando con otras empresas de economía colaborativa (vease el caso Uber).
- Seguridad: Con la comida no se juega, y nunca mejor dicho. ¿Hasta que punto te puedes fiar de la comida que un desconocido ha cocinado por su cuenta y riesgo sin ningún tipo de control oficial? Este es uno de los problemas más importantes a solventar para impulsar los negocios basados en compartir comida.
El principio de la solución a estos problemas, bajo mi punto de vista, sería la de comenzar el diálogo entre todas las partes, en vez de simplemente prohibir todo sin mayores miramientos.
Vistos los ejemplos de negocios basados en compartir comida, ¿se te ocurre alguna idea que aporte algo nuevo al sector? Seguro que si te paras a pensar en tus propias necesidades encuentras algo que mejorar. Si te animas, puedes contactar conmigo para ayudarte en la creación de lo que sería un negocio a pedir de boca 🙂
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