Con la digitalización existente, hoy en día es más fácil que nunca montar un negocio, pero claro, lo difícil es sacarlo adelante y trabajarlo día tras día. Veamos a continuación los mayores problemas de un emprendedor en su primer año.
Datos que alarman
En todo el mundo los datos son similares. El 75% de las empresas no llegan a los dos años de vida. Es evidente que algo falla para alcanzar esta cifra tan alarmante. Es cierto que en muchos casos es inevitable, ya que si alguien tuviera la fórmula mágica del negocio de éxito pues otro gallo cantaría.
Poniéndome en la piel de un emprendedor que monta un negocio por primera vez me pregunto: ¿cuáles serían los mayores problemas de un emprendedor durante ese primer año? A continuación te dejo algunos de los muchos problemas que se te pueden presentar, aunque me he centrado en los que, a mi juicio, son los más comunes.
Validación del negocio
Aquí uno de los clásicos problemas de un emprendedor que llevan a la quiebra a los negocios y que pasa más desapercibido de lo que pensamos.
A todo emprendedor le ha ocurrido el caso de enamorarse de su idea de negocio tan ciegamente que luchará por ella por mucho que el mercado le diga que no.
Hay que tratar de validar las ideas de la forma más rápida posible. Y si es necesario invertir un extra para pasar la prueba de validación, será una inversión de las que merecen la pena, ya que seguramente nos ahorre mucho tiempo y dinero que tendríamos que seguir invirtiendo en un negocio que no va a ir más allá.
Todo esto está muy bien pero, ¿cómo se valida una idea de negocio? Una idea de negocio estará validada no cuando alguien te dice que le gusta mucho tu producto o servicio, ni cuando te dicen que les gustaría comprarlo. Se valida cuando abren la cartera y pagan; cuando escriben su número tarjeta y hacen click en “comprar”; se valida cuando se rompe la barrera de decir que les gusta algo y pasan de verdad a pagar por ello.
Esto es muy importante porque en muchísimos casos se dará la situación en la que muchos amigos, familiares y conocidos, ante tu propuesta de negocio, te dirán que les gusta mucho, que te va a ir genial y que están deseando comprar lo que sea que vendas. Pero hazme caso, del dicho al hecho, hay un trecho. Valida tu negocio con clientes reales que paguen con dinero real, y no con palabras.
Inversión y cash flow
El vil metal siempre es un clásico en cuanto a los problemas de un emprendedor en sus comienzos. Para empezar, que es mejor, ¿pedir un préstamo o comenzar con tus propios medios? Aquí ya dependerá de la tipología de tu negocio y de tu situación personal. A mi particularmente no me gusta seguir la senda de pedir préstamos a terceros y siempre recomendaría empezar bajo tus propios medios, pero ya sé que hay negocios y negocios.
En el caso de que recurras a un préstamo y te sea concedido, extrema la cautela. He visto como en muchos casos de emprendedores que, al concederles créditos y verse de repente con una jugosa cantidad de dinero, se ponen a gastar como si el dinero les quemase. Estás comenzando un negocio y te recuerdo que tienes que devolver ese dinero, ¡así que gasta con cabeza!
Seguramente no necesites ese ordenador nuevo que ha sacado Apple y puedas tirar un par de años más con el tuyo, o esa silla ergonómica que da masajes…debes diferenciar cuales son los elementos clave de tu negocio y cuáles no, e invertir con criterio.
El síndrome del hombre orquesta
El querer hacer de todo para acabar quemándose es otro de los grandes problemas de un emprendedores en sus inicios. Y es que, claro, estás empezando, no sabes muy bien donde ubicarte y empiezas a ofrecer cualquier tipo de servicio.
Es algo que ocurre casi siempre, la verdad, y no lo veo necesariamente como algo tan negativo, siempre y cuando sepas cuándo parar.
El tema de ofrecer una variedad de servicios sin enfocarte en nada en concreto te servirá para ver tus propias habilidades y gustos a la hora de ofrecerlos. No siempre vas a iniciar tu negocio sabiendo a qué nicho en exclusiva y con qué servicio único vas a conquistar el mercado, por lo que ir probando distintas cosas servirá para encontrar respuestas.
Pero ojo, hay mucha gente que acaba en el limbo del hombre orquesta y no es capaz de salir. El miedo a decir que no, los temores de enfocarte en un público muy concreto, el querer ofrecer más y más para creer que así llegarás a más gente… ¡son tantas las excusas que nos ponemos!
Recuerda, ser un hombre orquesta está bien al principio, hasta que decidas qué instrumento tocar y para qué público, ¡no te apalanques!
Miedo a contratar o externalizar
Esto ocurre cuando el negocio comienza a arrancar, cada vez te ocupa más tiempo pero ves como muchas de las cosas que haces no son nada productivas ni reman a favor del núcleo de tu negocio.
Estás en un punto en el que tu negocio comienza a darte ciertos beneficios pero quizá insuficientes como para poder permitirte subcontratar o externalizar alguna de esas tareas que tanto tiempo te quitan.
Este punto de inflexión es bastante frecuente y tiene una difícil solución. Tomes la decisión que tomes, tendrás que renunciar a algo.
Si observas una tendencia alcista en tu actividad y crees en tu proyecto, puedes delegar en un tercero esas tareas que tanto tiempo te restan y empezar a centrarte en hacer crecer tu negocio invirtiendo tu tiempo y esfuerzo en las tareas clave. Si, al comienzo te supondrá un varapalo para tu economía, ya que buena parte de tus beneficios se invertirán en esa externalización, pero con el tiempo y, si has delegado bien, verás como el hecho de centrarte en tu core business te trae nuevas fuentes de ingresos que compensarán con creces todo lo invertido en tus externalizaciones.
También puedes optar por seguir en tus trece y no delegar nada. No necesariamente tiene que ser la opción incorrecta. Si tu te encuentras a gusto en esa situación en la que te mantienes sin poder crecer, pero con unos ingresos que son suficientes para tí, adelante. Pero ten en cuenta que ésta opción tiene sus riesgos a largo plazo…¿hasta cuándo podrás seguir manteniéndote así? El hecho de no crecer no significa que no puedas decrecer, ya sabes, los mercados cambian, hay nuevos competidores…de algún modo deberías fijar algún objetivo de crecimiento aunque sea a base de buscar nuevas fuentes de ingresos o nuevos negocios.
Y hasta aquí estos cuatro grandes problemas de un emprendedor cuando comienza sus andaduras en este complejo mundo del emprendimiento. Espero que tomes nota de ellos y que puedas afrontarlos en caso de que se te presenten.